Hoy, un día hermoso de verano, me encuentro navegando, leyendo artículos, meditando. No deja de ser interesante la crítica subjetiva, esa que se solaza es desgarrar la gestión poética y el canon poético. Estoy seguro, querido lector, que hasta aquí llegaste... En fin, la crítica, escondida entre las máscaras, los seudónimos, no deja de ser la más sincera y quizás, la más divertida. De allí, que la voz oculta entre los matorrales de la red se dedique a tirar piedras al espectáculo poético. A veces, quisiera ser completamente objetivo como el médico que disecciona un cadáver, pero un cadáver hermoso y maldito como la poesía como se podría partir en pedazos. Otra vez, me siento a leer otro blog y otro, cada loco con su tema, y entre ellos, el interesante Epílogo de "desobediencia poética", que me recuerda los intentos por criticar la tendencia dominante, de esta manera reproduzco las interesantes elucubraciones del señor blanco:
"En primer lugar quisiera pedir disculpas a todos aquellos poetas a los que con tanto entusiasmo y energía he satirizado. Por si les sirve de algo, confieso haber disfrutado enormemente riéndome de ellos, sacando a relucir lo obtuso de sus habilidades literarias e imponiéndome a los mismos con más talento literario del que jamás sus torpes espíritus puedan concebir. Pero respiren tranquilos no obstante, pues el talento verdadero, unido a una independencia real y a una honestidad sincera siempre resultan sospechosos, y muy especialmente en los vanidosos círculos literarios donde, no obstante, el talento poético debiera estar en la base de todo mérito poético.
Viendo la producción total destinada al blog quedo bastante satisfecho. De algún modo constituye un lienzo panorámico donde los mayores espíritus poéticos hispánicos de la época han sido retratados, y me enorgullecería enormemente saber que si un día mi obra alcanza el lugar que merece, o sea el más alto de las letras hispánicas, estos versos serán tenidos en gran consideración hasta el punto que los efímeros poetas y sus no menos efímeras obras que he retratado sean recordados a la luz de mis versos, que es sin duda la luz que más honor les hace.
De Luis García Montero diré que posee la gracia poética de un macarrón, o sea ninguna. Y que sus versos, bien vistos, se adaptan perfectamente a la definición “trozo de una pasta hecha con harina de trigo, en forma de tubito y que se cocina de diversas formas”. En su favor diré que le acepto life vest Ander your seat como animal poético, aunque es justo decir que la técnica de contrapunto que adapta no se le ocurrió a él. No obstante la ejecución es buena.
Este poeta juega el papel de malvado hábil. Ha sabido colocar su obra en el escalafón más alto del Parnaso español y además con mucha inteligencia. No tuvo prisa para ganar el Loewe y cuando lo hizo fue presentando tal vez su obra de más mérito. Aunque generara mucha controversia entre el jurado, esta solo puede ser entendida por las rencillas personales existentes entre los mismos tan frívolamente barnizadas con una pátina de sabiduría o postura (posturazo más bien) poético. Lo que es seguro es que no se midieron los distintos talentos poéticos entre los finalistas, sino la amistad, la influencia y los prejuicios entre los mismos como siempre.
Tiene un gran talento político, merced al cual ha sabido gestionar su obra poética sumamente bien. Pronto se hizo con el Adonais seguramente con una mezcla de golpe de fortuna e influencias. Porque es así como se reparte siempre este premio. Después (o tal vez antes) ha gestionado con gran oportunismo por su parte el desembarco del gran desterrado, Rafael Alberti, de cuya fama se ha beneficiado. Siempre ha sabido arrimarse al ascua que más calienta, y entre sus habilidades ha estado la de hacer una soberbia lectura de los tiempos que corrían para saber cuál era la llama más favorable a sus intereses.
Seguramente es el poeta más afamado de su generación y es tan listo que ya ha previsto su futuro, pues ha sabido ningunear como pocos a sus enemigos, e ir sacando a la luz a jóvenes poetas a quienes ha amamantado como una vieja loba a base de premios. He aquí al ya consagradísimo Andrés Neuman y a la más reciente Elena Médel. Por ellos pasa su futuro, y en sus manos estarán sus futuros grandes premios nacionales y quién sabe si internacionales, pues para cuando Luisito sea viejo, estos estarán el en cenit de su influencia.
Ya que estamos con la Médel, debo decir que sin duda su elección debe basarse en un error de juicio poético, pues no posee otra virtud que la de ser, digámoslo así, simplona. Creo que su elección se corresponde a una sabia mezcla de azar, andalucismo, relaciones personales, prejuicios por parte de Montero con respecto a lo que la juventud es o debería ser, y por su puesto a una identificación personal con ella. Sin duda debe verse reflejado en su aspecto regordete y feucho, amén de ese acento granadino que como el ajo, echa hacia atrás.
Creo que sobre su obra no he descargado mi talento satírico, pero la verdad es que ni falta hace, y además no me apetece dado que tampoco encuentro un reto en ello.
Andrés Neuman. Debo decir que tiene condiciones y talento, pero que no termina de hacerlo estallar con total contundencia. Seguramente está demasiado entretenido gestionando su obra, ese capital que tiene, como para introducir en ella un salto de calidad que le haría verdaderamente grande, y dado que empieza a pasar por serlo, corre el serio riesgo de conformarse con parecerlo en lugar de proponérselo realmente. Escribe demasiado y además pisando siempre sobre seguro. A mi entender conferirá más cuerpo a su obra cuando le dedique más tiempo. Él es sobretodo poeta, pero puede dedicarse a otros géneros con éxito porque posee cualidades. Pero por ahora no quiere dedicarle el tiempo necesario a una obra suya como para hacerla verdaderamente grande. En general me parece un pánfilo, sin embargo, insisto, no es ningún inepto.
Por suerte, uno y otro son de otra generación y no tienen que acudir regularmente, como en cambio sí hace su mentor, a ese lugar común tan pueril como es el de la disidencia antifranquista. Montero se apunta un tanto que me cuesta horrores creer. Pero en fin, no hace sino lo que otros antes que él han hecho también. Y la verdad es que todos mienten, amén de alimentar una vanidad que surge de un sólido posicionamiento moral. Viendo cómo actúan en materia poética me resulta imposible creer que estos sigan moral alguna. Al contrario, degradan la moral a un recurso estético, a un frívolo sucedáneo que mostrar en público sin otro interés que el de pavonearse.
Últimamente un poeta al que respeto enormemente, Ángel González (q.e.p.d.), se prestaba a hacer manitas con Montero y los de su estirpe. Unos y otros se han beneficiado mutuamente. El poeta asturiano también ha sabido sobrevivir en el circo poético. Ha sido bastante íntegro a mi entender, aunque se ha prestado a guirigáis estúpidos como el del homenaje a Antonio Machado, este tipo de tonterías son a mi entender un exabrupto estúpido.
De él se ha dicho que en su círculo íntimo despreciaba a estos poetas como tales. Ganarse a González ha supuesto para Montero ganar peso poético, ganar cierto empaque del que carecen todos los miembros de su grupo. Porque Benítez Reyes es insulso como un hueso raído. De ser una comida su obra sería uno de esos interminables ranchos que te ponían en la escuela y que se le hacían a uno inacabable, amén de ser de digestión espesa. Le reconozco el mérito de haber inventado la prosa prosética, invención esta por la que la Historia lo absolverá un día. Escribe poemas largos de periodos extensos e insulsos como una estepa. Al ser tan largos pierde uno toda sensación de ritmo. Pensé en sacarle las vergüenzas parafraseándole un poema pero, o dicho, de imitar sus interminables periodos quedaría un poema súper largo y pesado, sin ritmo ni gracejo así que lo deje por imposible.
Gracias a estos la poesía española tiene cierto acento andaluz. La soberbia intuición política de Montero no escapa a esos tics sureños. Puestos a dibujarse un mapa del panorama poético español con el que presentarse al pueblo español a escogido un fondo basado en el imaginario de la Semana Santa. Se nos presenta como un inocente proscrito, como un bendito en suma que toma parte activa por una ética o moral superior. Erre que erre a lomos de su borriquita ha terminado por hacer su entrada triunfal en la Jerusalén de las letras hispánicas. Para el sagrado día del Prendimiento ha disfrazado a los patafísicos poetas del… a los que acusa de comerciar con las letras a orillas del templo. Se ha inventado una crucifixión apelando a valores que dice defender pero que jamás aplica y es él el encargado de pasear al cristo apelando a su galones de viejo resistente antifranquista, cosa que es rotundamente falsa. Sabe ser hipócrita en un pueblo de hipócritas, y como buen andaluz sabe bien cómo organizar una semana santa de puta madre.
Benítez Reyes es romo a hasta el aburrimiento. Es lo menos grácil que ha dado la literatura española en mucho tiempo. Su talento destaca por lo obtuso que es. Me da la impresión de que si fuese un ave sería una gallina que batiendo sus alas no logra levantar jamás el culo del suelo.
Juan Gelman es un vanidoso, pecado este por otra parte nada delicioso. Es un oportunista muy apreciado en España. Todos alaban su técnica pero yo no la veo por ningún lado. Todos sus accesos retóricos se me antojan simples jueguitos de palabras en extremo fáciles. Seguramente el crítico De Witt alabaría su soberbia capacidad para retorcer la sintaxis y demás estupideces al alcance del más palurdo de los hombres. Lleva años explotando la veta del exilio y de su tragedia personal. Y encima es tan soberbio que convierte el repulsivo el tedio que me invade al leerle. Oirle recitar está prescrito en las farmacias de medio mundo para quien padezca insomnio.
Reto a alguien a que me diga cabal y objetivamente dónde se halla la supuesta calidad poética de este mendrugo poético. Nadie lo hará porque es una de esas mentiras repetidas hasta la saciedad y que el ganado bovino de ese aprisco que es La Cultura se apresura a consolidar gritando en masa: beeeeeeeeeee.
En mi país los culturetas son tontos a rabiar, sus accesos de vanidad no resultan nada seductores. Chupaculos profesionales que desde su más tierna infancia le han lamido el culo al profe de latín. No hay más que verles, fíjense en su fotos, ¿no os resultan familiares? Tienen la misma cara de idiota del soplagaitas del pelota empollón que se peleaba por sentarse en primera fila. Ese que ha aprendido a no pensar por sí mismo a fuerza de repetir como un loro lo que le han enseñado a fuerza de que el viejo loro de su profesor se lo premie.
La revista litoral sería deliciosa si no se hubiera convertido en un salón de sociedad donde las señoronas poéticas se hacen la corte por turnos. Es radio macuto. Si quieres conocer el espíritu simplón de estos poetas no dejes de leerla. Hablan de sus fiestas y marchones antológicos con el mismo tono lastimero de chavales de 16 años que no ligan ni pa trás.
Marzal: aunque juran y perjuran que odian la poesía patafísica, tienen en este atún poético a un patafísco de tomo y lomo.
Emilio Prado: he pensado en dedicarle unas glosas pero he desistido pues no causaban efecto alguno sobre su poesía. Resulta tan estúpida por si misma que para qué repetirnos. Resultaría doblemente tórrida su lectura. El muy cafre últimamente se multiplica como los panes (de ajo) y se prueba con éxito en otras disciplinas literarias como el relato corto. Gracias a El País he podido disfrutar de la lectura de su relato ganador en los premios del tren (una pasta). Unos de los placeres más deliciosos que hay es el de encontrarte con una obra premiada tan rematadamente mala. A este hombre que lo devuelvan a parvularia. Además de los muchos deméritos literarios que acumula en el relato construye varias frases mal!!!
Sabina: tenía tanto miedo a ser rechazado como poeta por los poetas, que cuando se le aceptó perdió el güiro. El universo Visor aplaudió a coro sus infumables sonetos a sabiendas de que era un superventas y él ha decidido creérselo. Y hallo la certeza de que se lo ha creído en que no ha cambiado un ápice (sus sonetos y demás versos son igual de infumables que al principio). Acomete sus sonetos como quien tiene que salvar un número x de rimas y de lanza como un loco confiado en que su talento rectificará con calidad su descabellado modus operandi.
Si Montero hace gala de una hipocresía política sobresaliente, los de la acera de enfrente son unos talibanes. Dando por hecho que la poesía no es un juego sino una razón de ser, o sea una cosa muy seria, andan circunspectos y endiosados. Me da una risa verles (y leerles ni te cuento) ahí están los fantoches del Robayna, Gimferrer o el yeti ese venido del frío… Gamoneda (cejas no le faltan). Sobre sus singulares espíritus se ha posado la sagrada paloma de la poesía y les tiene las solapas de la chaqueta hechas un cristo. Lo dicho, para ellos la poesía es de un solo modo o rotundamente no es. Son adoradores de la palabra poética y ellos son el divino receptáculo donde esta se manifiesta. Eso el poeta como un oráculo divino… el puramente inspirado Gimferrer quien a fuerza de pasar al papel lo primero que se le viene a la cabeza y tenga once sílabas métricas ha envuelto todo lo que de cabal tiene el lenguaje en una confusión tal que en sus sonetos por ejemplo la lengua española parece un Laooconte dramáticamente atrapado por la serpiente.
A estos poetastros pitonisos podemos dividirles en proserpinos y ezequiles. Los primeros tanto más inspirados cuanto más rítmicos y espasmódicos sean sus versos, y los segundos tanto más profetas cuanto más grandiosas y profundas sus visiones.
Como por poesía puede pasar casi cualquier cosa y se escribe en un momento, se dedican a ella los más vagos. Así las cosas, una turba de politicoides de pueblo la practican y gracias a ellos la edición y la multiplicación de los premios se ha multiplicado.
Los premios son moneda de cambio y raramente se premia algo bueno.
Lo más peculiar es que además, lo poco bueno que se premia seguramente estaba dado de antemano. Quiero decir con ello que no pro menos dado se premiará algo mejor, de más talento y mérito. Pues cuando un premio no está dado de antemano es porque los del jurado no tienen a quién dárselo y eso es síntoma de que no están dentro del mundillo poético. En estos casos, su fallo estará ligado a su juicio poético. Yo aseguro que puede esperarse muy poco de esta gente.
Para ganar tendrás que enviar una obra que su catetismo considere auténtica poesía. Esperar un jurado poéticamente maduro e independiente a un tiempo es una absoluta quimera.
Así que si tenéis talento de verdad hacedme caso. No perdáis el tiempo en la poesía, dedicaos a otras artes más en boga y modernas, porque unas señoronas que debieran estar haciendo ganchillo en sus mesas camillas han escogido este dominio como el suyo, y retirar sus gordas posaderas de allí no parece cosa fácil".
Este artículo me recuerda otros blog de igual factura, donde el crïtico se esconde tras una máscara. A pesar de los exabruptos, no dejan de ser interesantes las críticas, sobretodo, cuando estas crean polémicas, o por lo menos, ponen en tela de duda el rumbo que ciertos grupos le han dado a la poesía "hispaanoamericana". El panteón poético esta formado de dioses, semidioses, héroes, monstruos, titantes, cenobitas, dandys, ángeles y demonios. Es una fauna rica y carnívora que de ser posible se devoraría como el ourobobos. Sí has llegado hasta aquí, querido lector, sabré que has llegado muy largo... Creo que debería dedicarme a berriar como tantos otros, porque mis libros no ganan los premios nacionales e internacionales, porque no estoy publicado por esta u otra editorial; y por las mil y un razones que se exponen en este epílogo. La realidad poética es mucho más compleja ahora que hace cien años...
Estimado Poeta Cristian Marcelo:
ResponderEliminarBuen artículo crítico nos reproduces aquí. Deseara saber quién lo escribió y en dónde podría poner mi comentario, pues he hecho una lectura exhaustiva, y hay cosas con las que concuerdo.
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank.
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ResponderEliminarEstimado Frank: el artículo lo tomé del blog "desobedienciapoética", me llamó la atención, que en otros países se dé la misma dinámica con la crítica, es decir, el crítico enmascarado, héroe o villano de la red, no estoy aquí para juzgarlo. Este personaje nos hace ver un punto de vista oculto al canon, o mejor, dicho critica por donde va la procesión poética, y no deja de tener razón, claro una razón subjetiva.
ResponderEliminarUn abrazo fraterno
Esto es lo que yo esperaba leer hace tiempo. Es preciso, pero de corto alcance. Hay que debatirse en este ruedo ibérico para saber, no la atonía poética, que no la hay, sino en la parafernalia que hay montada para que alguien pueda publicar algo.
ResponderEliminarYo opino algo parecido, pero soy tan nuevo en esto, que no he considerado mi opinión valida para hacerla publica. Y además, para qué.
En fin, un abrazo.
Estimado Perfecto: Te entiendo perfectamente bien, aquí también hay un crítico oculto entre máscaras, que no hace otra cosa que tirar piedras contra el vacío, por mi profesión, te digo que me divierte y me obliga al reflexionar sobre el oficio literario. Creo que el tiempo o el viento de León Felipe tendrán la última palabra, para mí lo importante es describir el fenómeno, tratando de entre lo posible que mis creencias, prejuicios y preferencias tengan muy poco que ver cuando comentó la obra de algún autor... De allí, que firme lo escribo, porque soy consciente que uno es responsable de su palabra...
ResponderEliminarEn fin, un abrazo fraterno
Jejeje, pues sip, me lo leí de un tirón, y bueno, a la mayoría ni sabía de quien estaban hablando... y los poquitos que supe quien eran pues me hizo gracia y ya estuvo.
ResponderEliminarPura farandulería poética, no creo que se pueda aprovechar para algo más....
Saludos!!!!!