domingo, 2 de enero de 2011

Tríptico de la gacela etrusca

Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tú mueras por mí.
Federico García Lorca

I

No te marches, no huyas,
no me abandones serpiente o luz inmaculada,
alondra o filo del amor.
No golondrines esta alma, que muchas lágrimas
caen de mi tierra a mi cielo.
Ay de mí, por no callar este huracán
que persigue sombras amarillas.
Cómo no querer un pubis
más dulce que la rosa,
unos ojos como gacelas,
unos pechos como dátiles dorados.
Canté el Cantar de los Cantares,
canté el éxtasis salvaje,
mudé de alma,
aceré mi cuerpo para penetrar el misterio,
para hundirme en la mar,
en el delta negro de tu dulzura.
No me abandones,
ahora que la luna abre sus muslos,
no huyas ahoraque he vuelto del infierno,
no te marches,
ahora,
que todo es un caos
y un fantasma me besa los labios.


II

Al filo de las cinco, gacela etrusca,
bebí de tus pezones el almíbar,
me hundí en tu carne como mar proceloso,
fui en ti el relámpago,
el puñal,
la consumación del caos.
Gacela etrusca, mordí tus hombros aldeanos,
extendí tu fragancia por el mundo,
deshice tu candor,
tu cabellera salvaje.
En ti ardió mi crepúsculo tardío,
en ti el azar
aúllo sobre su cornamenta.
Hermosa como tú ¿Quién?
mi pequeña gacela,
el delirio
gime como el viento,
gime aún más,
hasta que se rompa el vaso
y la sangre huya
sobre un hilo de estrellas.


III

Al verte a ti,
veo a las mujeres que he amado,
veo el océano salpicando mi ventana.
Es cierto...
Nací,
fui concebido para esto:
verte desnuda
en la inmensidad del aire;
joven aún más que la flor,
aún más que la aurora,
haces del deseo
el esplendor de la brisa.
Hueles a luna y a sombra,
miras como una laguna de cisnes
y mandrágoras.
He visto espejos más bellos que tus ojos,
he visto candelabros,
cuya silueta enloquecería a los poetas.
Pero tú, gacela,
despiertas un ansia funeraria
y un deseo carnívoro...
Tocar tu desnudo como quien toca
la canción más hermosa,
es mi último deseo.

de Corriente subterránea (2004-2010)

2 comentarios:

  1. Aureolas en desbandada se sujetan de tu boca, son las espumas que cantan, cuando ángeles retozan. Huye la selva en la savia, cuya flor rocas devora. Un abrazo de viento a tus olas.

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  2. Cristian: Un poema finísimo. Muy muy bueno. Tiene un ritmo delicioso y a pesar del tema erótico no cae en los amaneramientos propios de los lugares comunes. Hasta el momento es mi poema favorito de los que has puesto en tu blog.

    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar

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