Escribo aunque me muerda la conciencia y se me escape del espejo. Escribo con unas ganas mayúsculas de vomitar el universo en el lavabo. Escribo demoníacamente sobre mis dos tobillos funerarios, sobre mi papiro cáustico, en la piel del gato negro, en las vocales dulces y en las amargas consonantes, de dos a tres, y de nueve a cinco. Secretarialmente, escribo en mi muñón en flor, mi terciopelo azul. Escribo sin esperar ya nada, y espero algo más que el pan tostado. Escribo a veces angelicalmente unido a media sombra, y escucho las cosas por su nombre y a los nombres, por sus cosas. Estoy verdaderamente harto de encontrar el espejo que ha escapado, pero me suelto al aire como un globo. Sin embargo, y a pesar de todo, sigo escribiendo atroz, botánicamente, estas palabras que te aman demasiado.
de Corriente subterránea (2004-2010)
Estimadísimo Poeta Cristian Marcelo Sánchez:
ResponderEliminarUn poema que se constituye en toda una declaración de principios acerca del arte que nos tiraniza. Profundo y bello tu texto (ojalá este año eches a volar tus textos en concursos poéticos, que de seguro serán reconocidos tarde que temprano).
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank.
Ingenio y originalidad en su máxima expresión. Has tocado las cosas con las cosas y las rosas han "girado los floreros". Lo disfruté amigo mío, sintiendo como cada imagen volvía por más. Un fuerte abrazo desde mi viejo zaguán.
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