sábado, 11 de septiembre de 2010

Ricardo Marín, Para no pensar ¿realismo sucio o...?

Ricardo Marín (1977,Costa Rica). Varios de sus poemas han sido publicados en varias revistas y periódicos nacionales e internacionales como en la revista Malacrianza del Semanario Universidad y la revista electrónica Ping Pong. Fue incluido en la antología Lunadas Poéticas (Editorial Andrómeda 2006). Actualmente es miembro del taller literario de la Casa Cultural del Instituto Tecnológico de Costa Rica. Su primer poemario, Para no pensar, fue publicado por la Editorial Arboleda en el 2008.

La poesía joven de Costa Rica es un tópico que me ha intrigado los últimos veinte años, cuando era joven y ahora en plena madurez de mis facultades. Siento que en toda historiografía hay baches, problemas aún no resueltos. Categorías como coloquialismo, poesía comprometida o realismo sucio, no son lo suficientemente exactas para albergar la poesía de los poetas de la transvaguardia. Prefiero este término a postvanguardia, por considerar que los flujos de información son más amplios, más multitudinarios. Los poetas nacidos entre 1965 y 1980, los llamo transvanguardistas, una etiqueta como cualquier otra que utilizo solo con el deseo de que nosotros, los costarricenses, aprendamos de los españoles, quienes han descubierto que cada etiqueta es un gancho para la mercadotecnia de la poesía. Mientras ellos nos venden a la generación del 98, del 27, del 36, del 50, los novísimos y postnovísimos. Nosotros vendemos individualidades. Como me gustaría ver una antología de la poesía romántica costarricense, del modernismo, del postmodernismo, de la postvanguardia o la transvanguardia, con un sesudo estudio de un académico. Pero, claro, esto no deja de ser un sueño, y quizás deba conformarme por los próximos treinta años con la Antología crítica de la poesía de Costa Rica. Pero dejemos atrás los sueños y entremos en materia.
En el prólogo a Para no pensar, Adriano Corrales subraya que al propuesta de Ricardo Marín es armónica y coherente en su estructura y contenido, parte desde su propia realidad, la del joven costarricense atrapado en la encrucijada del neoliberalismo y su contrarreforma social, y desde el suburbio o extrañamiento urbano...Nos entrega...instantáneas de la ciudad y su periferia, con un discurso que desdeña el costumbrismo y el realismo maravilloso. Se parte de lo concreto pero se pasa por el tamiz de la subjetividad. Trata temáticas poco frecuentadas: la nostalgia por una infancia de barrio popular o un pueblo aledaño a una urbe, y del amor erótico en algunas de sus facetas y reminiscencias, se interesa por la marginalidad, es decir, por los migrantes, las amas de casa, los explotados, los deshechables en aceras y calles, los trasvestidos... desde una óptica de una Costa Rica insolidaria , dolarizada y expuesta al capital trasnacional(Corrales, 2008, 5-6). Corrales expone con acierto los rasgos que se desprenden de la poesía de Ricardo Marín.
Por otro lado, el realismo sucio es una categoría que no deja de convencerme, mezcla de los presupuestos beatnick y de la otra sentimentalidad apela  por la reovación del compromiso cívico. Frente al conformismo cifrado en el encogimiento de hombros, conciben la intimidad como la puerta de la calle, donde las inquietudes individuales se dan la mano con las preocupaciones colectivas. Este proyecto se sustenta en dos presupuestos: la aleación entre la Historia en mayúscula y la historia en minúscula, que invita a contar el presente incluso después de la muerte de los metarrelatos explicativos; y la construcción del yo, que exige el soporte de una subjetividad que carece de grandes certezas y que cifra su capacidad subversiva en la posibilidad de seguir reconociendo sus propias facciones ante espejo. La recuperación de una identidad escindida se troquela sobre el molde un hombre sin atributos, que debe mudar de piel para protegerse contra los dogmas de la ideología y del consumo (Bagué, 2008, 56-59) Las sucesivas derivaciones del realismo favorecen  la evolución de un compromiso Malgré lui, en el que la aparente insolidaridad es la punta del iceberg bajo el que palpita un profundo desencanto, hasta la aceptación de una postura cívica sin ambages. En definitiva, los posibles matices de este realismo, que oscilan entre la demarcación geográfica (realismo urbano) y la exasperación (realismo expresionista), poco añaden a una estética en la que el cinismo ha dejado paso a la consternación.
La poesía de Ricardo Marín responde a los presupuestos del realismo sucio, antípoda del conocido trascendentalismo costarricense. Para no pensar está divido en tres secciones: Mala sombra, Caspas, Para no pensar. Veamos algunos ejemplos de esta poesía:

de "Mala Sombra"



"A COW, THE MOON AND A BIG CITY"

Dile
que no vuelvo

dile que abordé el autobús
con los alcohólicos
mexicanos
boricuas y negros

ya los gitanos se largaron
bailando con Lorca
y ahora los rascacielos
son decapitados por aviones

dile a esa
politeísta de mercaderes
que renuncio a su grin card
al fachio chooping
al protocolo del balet parquin

me cansé del rap y las tiaminas
para entederla

dile a esa ciudad
que mis zapatos se despedazaron
de patear las puertas de su averno
donde las cantinas y los poetas
son animales en peligro de extinción.

de "Caspas"
"WORKMAN"

simplemente se cansó
de aplanchar mis camisas
para ese sueldo tan arrugado.


de "Para no pensar"

"HEIDI"

Solía correr descalza
y en la montaña
un abuelo la abrazaba

creció con la locura de las cababras
entre el pájaro amarillo
el perro gordo y triste
el amigo nombre de santo
que nunca la negó tres veces
quizás porque desde siempre
el amor es un gallo
que canta

al igual que el poema
la orfandad no es algo 
que se escoge

dónde estará
esa treintona
de mejillas sonrosadas
en este devoto siglo
del i-pod y la web.

La poesía de Ricardo Marín constituye parte de las tendencias que dominan la poesía joven de Costa Rica. Ahora que las teoría de las generaciones solo sirve de gancho para el mercadeo. Un teoría de las tendencias vendría solventar ese vacío teórico, siempre y cuando se recodará que el etiquetado solo tiene un fin pedagógico. La poesía de Ricardo Marín es pulcra e intensa, poderosa y estimulante, en palabras de Adriano Corrales. Juzgue el lector, sea su lectura, nuestra lectura.


2 comentarios:

  1. Poesía para iluminar, no con derrames de petróleo, sino de alas y ojos. Copo de nieve y Niebla, nunca lucieron mejor. Ni el puerto de transbordo o la vida sin almidonar.

    Gracias Cristian por brindarnos, otras fuentes de electricidad.

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  2. No a ti las gracias, por visitar este albergue abierto a todas horas.
    Un abrazo fraterno

    ResponderEliminar

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