Bar Morazán, te perdí, te perdieron... Muchas noches, mucho orín ha desembocado en tus entrañas. La espuma se derrama en las mesas, debajo de las lámparas tachonadas de moscas. Las chingas desbordan el cenicero. Lagartos viejos eran tus peregrinos. Perros y rabia… rabia y perros copularon sobre las estrellas. Y ahora las mariposas beben mariposas, bailan en minisetas ajustadas, con su colgajo al viento. El pavo real canta Village People: sé un Macho Men bajo el arco iris de florcitas… Bar Morazán, te perdí, te perdieron. Ahora que los lagartos viejos se arrastran en lejanías achacosas, extraño tus puertas con olor a puerto…
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Qué hermosa manera de evocar, devolviéndole la magia a lo soñado, pues nada hermoso puede ser profano.
ResponderEliminarEl menisco de los bares siempre gradúa a los náufragos.
Un abrazo buscador de puertas.