Oigo tu piel fresca.
Oigo la espuma en tu piel.
La escuchas. Me llama desde su profundidad
De lirio o nieve,
Me canta como un cisne,
Sabes que grita sobre la aurora de las sábanas
Blanquísimas.
Oigo tu piel suntuosa, como si una alondra
Cantara sobre el margen
De las páginas vacías.
Está cerca, la hora se acerca como un astro,
Tu piel canta como la caracola sobre el mar desnudo,
Dulcemente acunas la espuma,
Abierta como la aurora,
Delta de la negra desembocadura del corazón,
Archipiélago que gime bajo el deseo.
Oigo tu piel como la seda musical,
Como el plumaje que se derrama de nube a tierra,
Como el agua que devora
La frialdad de la noche vacía.
Oigo tu piel en la hora del cuervo y la paloma,
Tu piel me llama desde sus laberintos,
Me canta como una cítara,
Como un arcángel que se posa en las ramas.
Oigo tu piel, toda tu piel desnuda,
Me llama desde su profundidad de lirio o nieve,
Gira y canta alrededor,
Gira y arde encima de la nada,
Gira y fluye como un río
Que se eleva
hasta estallar en el cielo.
de Crónica del esplendor (2008-2010)
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Hermoso poema, fluye como un río. Olle Cristian, qué buen título escogiste para tu libro! Me gusta mucho!
ResponderEliminarMuchas gracias, Juan Carlos, como todos mis libros, el título es parte de una búsqueda.
ResponderEliminarUn abrazo fraterno