sábado, 18 de septiembre de 2010

Lluvia ácida

No preguntes,
no insistas,
no arañes el mundo o la nada.
Todos estamos bien, menos el aire,
menos el payaso que recita multitudes.

Aquí,
sí, aquí,
te pusieron bocarriba,
te amordazaron el cigarro,
ardieron tus libros,
la música que tanto quisiste,
la que no gustó al criminal ni a la vedette.

Pregunta,
insiste,
araña el muro y la fosa,
el hoyo y la agujeta.
El aire está bien, los otros, no,
los otros muerden espumas y lamentos.

Allá, muy lejos,
pones a rabiar a los poetas,
a las academias y a la noche,
te amarras las manos para que no se escapen...

Arriba, los otros abren un paraguas,
arriba,
más arriba,
te mojas los labios,
el pantalón,
la camisa.
De cierto que no estás en sitio alguno.

de Corriente Subterránea (2006-2010)

1 comentario:

  1. Agujetas desatadas del reloj, desgastan la cuerda floja en cuya esquina cíclica nos golpea el silencio, boxeando con la sombra del gozne que nos abrió. Ahogando norias sin centro con estados paralelos. Fundándole aldeas a la aldaba del espejo y alcobas al sentimiento. Do huesos amoratados recuperan la voz, escrita por el eco, borrada por el viento. Inmunes al lenguaje que sabemos.

    El centauro de la niñez suele pastar en los callos de los sueños y en las calles del desierto.

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