La ciudad se anuncia en las vitrinas,
por el bulevar sale a pasear
con un niño de la mano.
Está sucia, pero muy tarde
se lavó el hollín en la fuente de relojes.
No pinta nada bien el tiempo en la ciudad,
aunque anda descalza y en harapos,
le gusta espantar los pajarillos.
Tiene algo de mujer en cinta.
Está sensible
por el nuevo basurero de los parques,
porque llega Navidad con su marido.
La pobre vieja celebra un cumpleaños,
en honor al alcalde y su corte de gorriones.
Será la reina de la fiesta,
y en pocos días barrerán anuncios y mendigos.
Sólo los niños podrán vender
sus chicles y sus flores,
tendrán permiso de pedir en las esquinas,
después que se vayan a su casa,
después no quiere verlos por sus calles.
Mi ciudad se arregla su vestido,
le queda grande porque es un regalo,
le queda chico cuando salen al desfile.
No te preocupes, pobre vieja,
te pondremos un traje de azahar,
de veras, estarás bonita,
cuando tengamos que meterte en un asilo.
de Corriente subterránea (2004-2010)
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Redondo, ingenioso, sencillo y mágico. Y lo sencillo siempre requiere del mayor esfuerzo. Saludos afectuosos cronista del asombro.
ResponderEliminarMe encantó.
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