Tal vez nos llueva.
Quizás nos llueva.
Salimos al bar,
al cine,
al parque.
Salimos de dos en dos.
Si llueve se pondrá feliz el
tijo,
la calandria,
el ruiseñor.
Quizás la lluvia no sea una
brújula sin norte.
Tal vez no sea húmeda,
señora.
Se agrava el tráfico,
las buenas tardes,
la patrulla que acaba de
pasar.
Salimos de una ciudad sitiada.
Juntos,
dispersos,
a través,
salimos.
Si no llueve, se secará el
verano hasta los huesos,
el mismo que te aguarda,
bufanda y gabardina gris.
Se agrava la violencia,
el maullido,
las veraneras.
Tal vez no llueva.
Quizás no llueva.
Así de fijo el clima en la pintura,
de ausente la cerveza,
de contrario el luto.
Salimos sin despedirnos,
sin pedir permiso,
conocemos las juntas y las
yuntas,
los semáforos.
Se sabe que se agrava el día,
que la enfermedad es grave
y la cura:
un mundo muerto.
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