Lentamente, el día se mueve por la casa. Entra la luz
en conserva y mira la desnudez en el espejo. La cortina respira polvo y en el
taller mecánico los empleados miran Penthouse. El día se apresura a
pasar por enfrente del taller, agarra sus libros y los estruja contra el pecho.
Está hermoso, a pesar de la espuma del relleno y las cejas depiladas con
destreza de cirujano. Se ve que hoy será su día, pues, lleva una miniseta ajustada
y un jeans que modela el viento. Su figura nos recuerda otras marisquerías,
otros restaurantes de fast food, otras sodas y otros cafetines. Nuestro
día se topa con los top models del taller mecánico, quienes tienen las
lenguas más pulcras de la ciudad, las mejor lavadas a presión y al vapor. Hoy,
sin duda, será su día. Se lo dice el horóscopo, la radio a full, los
pericos regresando del verano. El día está lindo de pies a cabeza, aromático y
de axilas rasuradas. Limpio, como el primer día del mundo.
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