LA
DONCELLA CONOCE
los
pasadizos que dan a las manos.
Sabe
de memoria el rito,
mas
nunca atraviesa el cerrojo.
La
doncella es virgen,
y
también la luz de una celosía intocada,
por
eso,
la
sierpe se muerde la cola
y
el corazón aúlla sobre sus cuatro patas.
El
alma de la doncella es un mendigo,
ocultándose
en
una tiniebla ácida:
harapos
bajo una piel blanca y jugosa.
En
el alma de la doncella,
los
pájaros abisman el tacto,
y
el pico de sus alas
segregan
un caos.
La
doncella es la bestia o el demonio,
el
traidor que vomita sobre el puente.
Por
eso, la doncella fálica no comprende
¿por
qué el zumo de la lengua es una soga,
y
el aliento, un arcángel suspenso
entre
dos oscuridades?
de Entre dos oscuridades (1996)
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