domingo, 19 de marzo de 2017

Poetas postmodernistas costarricenses

POETAS POSTMODERNISTAS COSTARRICENSES

MAÑANA MELANCÓLICA

Hay en el aire matinal, cautiva,
una pena que embarga cuanto existe;
como en espera un mensaje triste
la mañana se ha puesto pensativa.

De una quietud sensible la emotiva
tristeza del paisaje se reviste;
el eco de una voz, todo, persiste
en la paz misterio y sensitiva.

Tal como esta mañana en que se acrece
el más leve rumor y que estremece
hasta el lejano relinchar de un potro,

está mi corazón de pena y llanto,
por aquella mujer que quise tanto,
que quise tanto y se casó con otro…

Asdrúbal Villalobos

HORÓSCOPO

Una tarde sutil de primavera
en un tibio canapé de tu salón,
mi horóscopo con frívola intención
descifrabas igual que una hechicera.

Yo guardaba mi sino en dulce espera
por saber si tenías corazón;
y dejé que volara mi ilusión
tras el velo de tul de una quimera.

Te insinuabas, coqueta, en mi destino
con tus ojos de un verde afrodisíaco.
¡Y en instante que mi alma siempre evoca,

al punto en que escanciábamos el vino,
revelaron los signos del zodíaco
los labios entreabiertos de tu boca!

Moises Vincenzi


CONSEJO DE LA MORA

Deja ya de volar, repliega el ala,
alma inquieta y fogosa, porque ahor
no es propicio el cantar que haces gala,
entre gente tan seria y pensadora.

Deja ya de volar, repliega el ala
y empéñate en faena productora,
esa porfía en tu ilusión es mala
y no tiene más don que ser sonora.

Deja ya la ilusión, porque a la larga
solo tendrás una congoja amarga,
y si en eso prosigues, lograrás

que en lo más empinado del camino
se magullen las aspas del molino
mientras ríe mi cuerpo…y nada más.

Hernán Zamora Elizondo


LO INCIERTO

Golpe a golpe tal vez o risa a risa,
−¡quién va a saber lo que el destino guarda!−
seguiremos la ruta, tierra parda
en que la huella quedará imprecisa.

Oiremos en las ondas de la brisa
la fiesta de oro y luz que nos aguarda
y, como el alma a veces se acorbada,
llegaremos de hinojos a la misa.

Y se irán bien y mal. La mariposa
apartaráse de la esbelta rosa
cuando fulguren los primeros lampos.

Y nada nuestro quedará de todo,
ni siquiera una cruz en el recodo
que santigüe el silencio de los campos.

Manuel Segura Mendez

ANHELO

Mi anhelo es transitar por el camino
con leve planta que no deje huella;
no ser guijarro ni tampoco estrella
tan sólo ser un simple peregrino.

Bogar, bogar, sin rumbo ni destino,
como una barca silenciosa y bella
que zarpara una tarde de Marbella
por el piélago azul del mar latino.

Y envuelto en la terneza del celaje
donde agoniza el sol, soñar despierto;
vivir en mi interior cada paisaje

de casta luna o de dorado puerto,
y por única vela en el cordaje
llevar un corazón al mundo abierto.

José Basileo Acuña


VUELO SUPREMO

Quiero vivir la vida aventurera
de los errantes pájaros marinos;
no tener, para ir a otra ribera,
la prosaica visión de los caminos.

Poder volar cuando la tarde muera
entre fugaces lampos ambarinos
y oponer a los raudos torbellinos
el ala fuerte y la mirada fiera.

Huir de todo lo que sea humano;
embriagarme de azul...Ser soberano
de dos inmensidades: mar y cielo,

y cuando sienta el corazón cansado
morir sobre un peñón abandonado
con las alas abiertas para el vuelo.

Julián Marchena

INSECTO PENSANTE

Soy un insecto pensante, solamente.
Un insecto de fúnebre capote,
disfrazado de sumo sacerdote
para oficiar los ritos de la mente.

Pequeño como soy, nadie presiente
que entre insectos sin títulos y si dote,
tengo ensueños igual que don Quijote
y como Cristo, espinas en la frente.

De alas vibrantes y cuerpo tosco,
apenas soy imperceptible mosco
que, por disposiciones milagrosas

obtuvo, yo no sé cómo ni cuándo,
la fuerza capital que va captando
el íntimo sentido de las cosas.

Carlomagno Araya

EL NIDO VACÍO

En el verdoso muro
está, semiescondido
entre una grieta oscura,
el solitario nido.
Nido de chupaflores
me parece tan suave,
tan pequeño, tan propio
para el amor… ¡quién sabe!...
Un rayo de sol claro
lo dora inútilmente;
y en su triste tibieza
mi corazón se siente
nostálgico…¡El verano
tiene un nido vacío!...
¡Oh, no, que en su tibieza
llora el corazón mío!

Carlos Luis Sáenz

VISIÓN MARINA

Muerde la ola en el peñón bravío
y al mirarlo impasible ante su ultraje,
lanza, por conquistarlo, en homenaje
de su espuma espléndido atavío.

Inmóvil, recta, con el gesto frío
de lo que no se rinde a vasallaje,
la roca tiene, frente al oleaje,
una austera actitud de desafío.

Solo de tarde, cuando el sol declina
y va cayendo de la noche el velo,
cobra otro gesto en al extensión marina.

Y se dijera, en la visión remota,
un brazo inmenso levantado al cielo
o un casco enorme que en el agua flota.

Jorge Sáenz Cordero

UNA ORACIÓN

Señor, no puedo ya en la vida soportar este fardo;
me has dado más tristezas de las que yo puedo llevar.
Yo ha mucho, mucho, mucho, que cultivo sólo el cardo.
Señor Omnipotente, yo quiero que me dejes un rato descansar.

Yo he oído que el mundo que Tú hiciste de lodo,
y que, seguramente, Tú has amasado en llanto,
a más de noche obscura diste la luz solar,
del huerto de tus penas ya me has dado el acanto.
Señor Omnipotente, yo quiero descansar.

Max Jiménez

XIX

Los insultos del polvo
ya no los siento;
pero la pendiente insiste
en no dejarme pasar;
¡qué ocurrencia!
        (¡Ocurrencia es la mía;
no noté que el pícaro caballo
se entretenía otra vez arrancando la hierba
del camino,
y yo,
estaba pensando,
no sé qué,
ni desde qué horas!).

Rafael Estrada

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Cara de ojos abiertos, pensativos,
de sueños fijos que le atormentaron,
visiones, anhelos, anchos motivos−
¡Todos sus ojos me mostraron!
Negrura tiene de ala de cuervo
¡esos ojos de España que todo lo vieron!
Ojos mirados y no olvidados.
La frente ancha, sombría.
Labios austeros de canto español
llevan el sello de su melodía.
Nariz de hidalgo de raza,
dice de su voluntad
y su delicadeza traza.
Y vuelvo a sus ojos empapados en negrura
que llevan en su fondo
una inmensa contenida amargura.

Fresia Brenes

COMO EL AGUA QUE VA

Como el agua que va serenamente;
reflejando en el fondo la maraña;
como el cierzo que pasa indiferente
dejando una canción en la montaña
y un ligero temblor sobre la fuente….

Todo aquello que sea tierno y manso;
ya el espejo dormido del remanso,
ya una tarde remotamente bella;
así es como sin tregua y sin descanso
mi dolorida juventud te sueña.

Gonzalo Dobles Segreda

LA CIUDAD ESTÁ VACÍA Y DESIERTA

La ciudad está vacía y desierta,
no importa si la Navidad inunda
el caudaloso río de la calle.

Despertar con tu ausencia en la mañana
es estar extraviado todo el día,
es estar huérfano de la luz y del viento,
ti palpar el exilio en plena patria.

Yo te busco en el cielo de la tarde
donde hay azules que aprendí en tus ojos,
y en las desiertas calles en la noche
salgo a buscar la huella de tu sombra.

Mi corazón cerrado, se abrió cuando llegaste,
flor solitaria sin rocío ni aroma
de luto en luto y de muerte en muerte.

Por eso es que mi voz se ha hecho más grave,
porque está desolada de llamarte,
anochecida de clamar tu nombre.

Francisco Amighetti

DANZARINA DEL SOL

Danza tu pie para el claro sacerdote
y la mujer que yace junto al hombre.

En la voz y la pupila despiértanse las cosas,
El mundo es una isla poblada de palomas.
Danza tu pie junto al viento segador de la hierba,
(el que hace de la nube alta viajera)

Danza tu pie sobre los ríos,
como un cisne delgado sobre un vidrio.

Danza tu pie junto a la llama
y no es en su fuego consumido.
Eres fuego y eres llama.

Pequeños animales, silenciosos,
te miran danzar en la llanura.
Libélula de oro.

Nostálgica de cielo,
de sus reinos descendida.
Luminosa, vertical.

Danza tu pie multiplicado
sobre el tapiz profundo de los campos
y hay simiente que besa tu sandalia.
Bienhechora es tu danza.
Mariposas y pájaros de aire
vuelan tu traje….

Tú, que eres alto y esperado goce,
danza para el claro celebrante
y la mujer que yace junto al hombre.

Danzarina de pies y cuerpo diurno,
¡danzarás, inmortal, hasta la noche
bebedora de danzas y crepúsculos!

Fernando Centeno Güell

NADA

En el caracol y la hoja, en la corteza del árbol
en mi piel y los celajes y las montañas,
hay siempre una mirada que toca hasta las piedras,
que lleva la angustia y la muerte encerradas,
y hasta el polvo antiguo del camino se llega,
para ser polvo en el polvo y después nada.

Arturo Echeverría Loría


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