POETAS POSTMODERNISTAS
COSTARRICENSES
MAÑANA MELANCÓLICA
Hay en el aire
matinal, cautiva,
una pena que embarga
cuanto existe;
como en espera un
mensaje triste
la mañana se ha puesto
pensativa.
De una quietud
sensible la emotiva
tristeza del paisaje
se reviste;
el eco de una voz,
todo, persiste
en la paz misterio y
sensitiva.
Tal como esta mañana
en que se acrece
el más leve rumor y
que estremece
hasta el lejano
relinchar de un potro,
está mi corazón de
pena y llanto,
por aquella mujer que
quise tanto,
que quise tanto y se
casó con otro…
Asdrúbal Villalobos
HORÓSCOPO
Una tarde sutil de
primavera
en un tibio canapé de
tu salón,
mi horóscopo con
frívola intención
descifrabas igual que
una hechicera.
Yo guardaba mi sino en
dulce espera
por saber si tenías
corazón;
y dejé que volara mi
ilusión
tras el velo de tul de
una quimera.
Te insinuabas,
coqueta, en mi destino
con tus ojos de un
verde afrodisíaco.
¡Y en instante que mi
alma siempre evoca,
al punto en que
escanciábamos el vino,
revelaron los signos
del zodíaco
los labios entreabiertos
de tu boca!
Moises Vincenzi
CONSEJO DE LA MORA
Deja ya de volar,
repliega el ala,
alma inquieta y
fogosa, porque ahor
no es propicio el
cantar que haces gala,
entre gente tan seria
y pensadora.
Deja ya de volar,
repliega el ala
y empéñate en faena
productora,
esa porfía en tu
ilusión es mala
y no tiene más don que
ser sonora.
Deja ya la ilusión,
porque a la larga
solo tendrás una
congoja amarga,
y si en eso prosigues,
lograrás
que en lo más empinado
del camino
se magullen las aspas
del molino
mientras ríe mi
cuerpo…y nada más.
Hernán Zamora Elizondo
LO INCIERTO
Golpe a golpe tal vez
o risa a risa,
−¡quién va a saber lo
que el destino guarda!−
seguiremos la ruta,
tierra parda
en que la huella
quedará imprecisa.
Oiremos en las ondas
de la brisa
la fiesta de oro y luz
que nos aguarda
y, como el alma a
veces se acorbada,
llegaremos de hinojos
a la misa.
Y se irán bien y mal.
La mariposa
apartaráse de la
esbelta rosa
cuando fulguren los
primeros lampos.
Y nada nuestro quedará
de todo,
ni siquiera una cruz
en el recodo
que santigüe el
silencio de los campos.
Manuel Segura Mendez
ANHELO
Mi anhelo es transitar
por el camino
con leve planta que no
deje huella;
no ser guijarro ni
tampoco estrella
tan sólo ser un simple
peregrino.
Bogar, bogar, sin
rumbo ni destino,
como una barca
silenciosa y bella
que zarpara una tarde
de Marbella
por el piélago azul
del mar latino.
Y envuelto en la
terneza del celaje
donde agoniza el sol,
soñar despierto;
vivir en mi interior
cada paisaje
de casta luna o de
dorado puerto,
y por única vela en el
cordaje
llevar un corazón al
mundo abierto.
José Basileo Acuña
VUELO SUPREMO
Quiero vivir la vida
aventurera
de los errantes
pájaros marinos;
no tener, para ir a
otra ribera,
la prosaica visión de
los caminos.
Poder volar cuando la
tarde muera
entre fugaces lampos
ambarinos
y oponer a los raudos
torbellinos
el ala fuerte y la
mirada fiera.
Huir de todo lo que
sea humano;
embriagarme de
azul...Ser soberano
de dos inmensidades:
mar y cielo,
y cuando sienta el
corazón cansado
morir sobre un peñón
abandonado
con las alas abiertas
para el vuelo.
Julián Marchena
INSECTO PENSANTE
Soy un insecto
pensante, solamente.
Un insecto de fúnebre
capote,
disfrazado de sumo
sacerdote
para oficiar los ritos
de la mente.
Pequeño como soy,
nadie presiente
que entre insectos sin
títulos y si dote,
tengo ensueños igual
que don Quijote
y como Cristo, espinas
en la frente.
De alas vibrantes y
cuerpo tosco,
apenas soy
imperceptible mosco
que, por disposiciones
milagrosas
obtuvo, yo no sé cómo
ni cuándo,
la fuerza capital que
va captando
el íntimo sentido de
las cosas.
Carlomagno Araya
EL NIDO VACÍO
En el verdoso muro
está, semiescondido
entre una grieta
oscura,
el solitario nido.
Nido de chupaflores
me parece tan suave,
tan pequeño, tan
propio
para el amor… ¡quién
sabe!...
Un rayo de sol claro
lo dora inútilmente;
y en su triste tibieza
mi corazón se siente
nostálgico…¡El verano
tiene un nido
vacío!...
¡Oh, no, que en su
tibieza
llora el corazón mío!
Carlos Luis Sáenz
VISIÓN MARINA
Muerde la ola en el peñón bravío
y al mirarlo impasible
ante su ultraje,
lanza, por
conquistarlo, en homenaje
de su espuma
espléndido atavío.
Inmóvil, recta, con el
gesto frío
de lo que no se rinde
a vasallaje,
la roca tiene, frente
al oleaje,
una austera actitud de
desafío.
Solo de tarde, cuando
el sol declina
y va cayendo de la
noche el velo,
cobra otro gesto en al
extensión marina.
Y se dijera, en la
visión remota,
un brazo inmenso
levantado al cielo
o un casco enorme que
en el agua flota.
Jorge Sáenz Cordero
UNA ORACIÓN
Señor, no puedo ya en
la vida soportar este fardo;
me has dado más
tristezas de las que yo puedo llevar.
Yo ha mucho, mucho,
mucho, que cultivo sólo el cardo.
Señor Omnipotente, yo
quiero que me dejes un rato descansar.
Yo he oído que el
mundo que Tú hiciste de lodo,
y que, seguramente, Tú
has amasado en llanto,
a más de noche obscura
diste la luz solar,
del huerto de tus
penas ya me has dado el acanto.
Señor Omnipotente, yo
quiero descansar.
Max Jiménez
XIX
Los insultos del polvo
ya no los siento;
pero la pendiente
insiste
en no dejarme pasar;
¡qué ocurrencia!
(¡Ocurrencia es la mía;
no noté que el pícaro
caballo
se entretenía otra vez
arrancando la hierba
del camino,
y yo,
estaba pensando,
no sé qué,
ni desde qué horas!).
Rafael Estrada
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Cara de ojos abiertos,
pensativos,
de sueños fijos que le
atormentaron,
visiones, anhelos,
anchos motivos−
¡Todos sus ojos me
mostraron!
Negrura tiene de ala
de cuervo
¡esos ojos de España
que todo lo vieron!
Ojos mirados y no
olvidados.
La frente ancha,
sombría.
Labios austeros de
canto español
llevan el sello de su
melodía.
Nariz de hidalgo de
raza,
dice de su voluntad
y su delicadeza traza.
Y vuelvo a sus ojos
empapados en negrura
que llevan en su fondo
una inmensa contenida
amargura.
Fresia Brenes
COMO EL AGUA QUE VA
Como el agua que va
serenamente;
reflejando en el fondo
la maraña;
como el cierzo que
pasa indiferente
dejando una canción en
la montaña
y un ligero temblor
sobre la fuente….
Todo aquello que sea
tierno y manso;
ya el espejo dormido
del remanso,
ya una tarde
remotamente bella;
así es como sin tregua
y sin descanso
mi dolorida juventud
te sueña.
Gonzalo Dobles Segreda
LA CIUDAD ESTÁ VACÍA Y
DESIERTA
La ciudad está vacía y
desierta,
no importa si la
Navidad inunda
el caudaloso río de la
calle.
Despertar con tu
ausencia en la mañana
es estar extraviado
todo el día,
es estar huérfano de
la luz y del viento,
ti palpar el exilio en
plena patria.
Yo te busco en el
cielo de la tarde
donde hay azules que
aprendí en tus ojos,
y en las desiertas
calles en la noche
salgo a buscar la
huella de tu sombra.
Mi corazón cerrado, se
abrió cuando llegaste,
flor solitaria sin
rocío ni aroma
de luto en luto y de
muerte en muerte.
Por eso es que mi voz
se ha hecho más grave,
porque está desolada
de llamarte,
anochecida de clamar
tu nombre.
Francisco Amighetti
DANZARINA DEL SOL
Danza tu pie para el
claro sacerdote
y la mujer que yace
junto al hombre.
En la voz y la pupila
despiértanse las cosas,
El mundo es una isla
poblada de palomas.
Danza tu pie junto al
viento segador de la hierba,
(el que hace de la
nube alta viajera)
Danza tu pie sobre los
ríos,
como un cisne delgado
sobre un vidrio.
Danza tu pie junto a
la llama
y no es en su fuego
consumido.
Eres fuego y eres
llama.
Pequeños animales,
silenciosos,
te miran danzar en la
llanura.
Libélula de oro.
Nostálgica de cielo,
de sus reinos
descendida.
Luminosa, vertical.
Danza tu pie
multiplicado
sobre el tapiz
profundo de los campos
y hay simiente que
besa tu sandalia.
Bienhechora es tu
danza.
Mariposas y pájaros de
aire
vuelan tu traje….
Tú, que eres alto y
esperado goce,
danza para el claro
celebrante
y la mujer que yace
junto al hombre.
Danzarina de pies y
cuerpo diurno,
¡danzarás, inmortal,
hasta la noche
bebedora de danzas y
crepúsculos!
Fernando Centeno Güell
NADA
En el caracol y la
hoja, en la corteza del árbol
en mi piel y los
celajes y las montañas,
hay siempre una mirada
que toca hasta las piedras,
que lleva la angustia
y la muerte encerradas,
y hasta el polvo
antiguo del camino se llega,
para ser polvo en el polvo
y después nada.
Arturo Echeverría
Loría
Buneo recordar a nuestros poetas de los cuales ya nadie se ocupa...
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