domingo, 12 de marzo de 2017

Poetas modernistas costarricenses-poemas

El modernismo es un misterio. Todo nuestro pasado poético es un misterio. Cada día se hace más necesario volver al origen para crear el futuro.

Marzo


En profunda quietud, como si vida,
toda yace en la tierra y en el cielo,
y solo allá en el fondo el arroyuelo
ondula y pasa como sierpe herida.


El sol es una lámina bruñida
que el aire vela con cerúleo velo
y su luz se derrama por el suelo
de maravillosa lividez teñida.


La tierra sitibunda en un rescoldo;
la montaña en humo se ennegrecen;
la Tarde pierde su imperial diadema;


llega la noche y, bajo el negro toldo,
inmensos bloques de rubí perecen
los troncos encendidos de la quema.


Justo A. Facio


Ilusión


La araña de oro del encanto trama
una impalpable red en torno mío:
todo habla junto a mí, todo me llama,
todo me arrastra al inexhausto río
del tiempo y de la vida en cuyas ondas
tu presencia cayó como una isla,
hecha un edén de amor, llena de frondas.
Las aguas de mi vida fluyen claras
cantando de la isla en las riberas
con las frescas gargantas de sus olas.


Cuando la isla no se mira en ellas
ni les esparce sus esencias raras,
para mí se amortajan las estrellas,
naufragan en la noche y quedan solas,
sin alma y sin color y silenciosas,
en la tierra y el mar todas las cosas.


Roberto Brenes Mesén.


La roca de Carballo.


Seméjase a una esfinge de pedernal eterno
erguida ante el abismo del piélago sonoro,
sobre ella el sol despunta doscientos dardos de oro
y ante ella el mar levanta su canto sempiterno.


El fuego del verano, las lluvias del invierno,
los foscos huracanes que van rugiendo en coro
y todas las estrellas que vierten su tesoro,
desciende por su espalda de cíclope de averno.


En ella se posaron Saturno y los Vestiglos,
a contemplar la marcha de todas las edades
que fueron en los potros piafantes de los siglos.


El piélago le dice de aquella raza trunca,
señora que fue dueña de aquellas soledades,
en una edad remota que ya no vuelve nunca.


Lisímaco Chavarría.


FIAT LUX


En su carro de sombras reclinada,
la Noche melancólica dormía;
media luna en su frente relucía
y su veste, de estrellas salpicada,
sobre la oscura, incomprensible nada,
el aliento de Júpiter movía.
Ni un rumor el silencio interrumpía
de aquella inmensa soledad callada.


Y Júpiter pasó, y al ver tan bella
a la dormida virgen soñadora,
de besarla en los labios tuvo antojos
y en cada beso le dejó una estrella.
La noche despertóse, abrió los ojos...
y en su carro triunfal surgió la aurora.


Rogelio Fernández Güell.


Alegoría.


Alegre sale el sol: está en su puesto.
Viene henchido de célicos placeres.
La luz divina de amor hay en su gesto.
Ansía darse a las cosas y los seres.


De pronto se alza nubarrón funesto,
desplegando satánicos poderes,
cubre al sol, y la sombra reina presto.
¡Ya los rayos del sol son alfileres!
¡Ya consiguen pasar la masa odiosa!
¡Vedla allí, gigantesca mariposa,
sujetada al azul con áureos dardos!


Mas... la gloria del día se ha ensombrecido...
y el rayo, que era amor, se ha endurecido...
¡Oh, malditos nubarrones pardos!


Auristela Castro de Jiménez.




SCRIPTUM.


¡Has caído, Saúl! ¡Lámpara rota
que sobre toda América pendía
como estrella al alcance de la mano,
y cuya lumbre por el cielo flota
como promesa del futuro día
en el azul del corazón humano!


¡Has caído, Saúl! Ahora mismo
quizá estén bajo el sol de la llanura
entre las aves de rapiña presos,
tu corazón que comprendió el abismo,
tu faz hermosa y tus gigantes huesos;


Pero tu genio de invencible aliento
vuela por una esfera dilatada
con ala más veloz que la del viento:
y así tu vida, cresta ensangrentada,
vivirá en el sublime pensamiento
tanto como los héroes de la Ilíada!


Rafael Cardona.




En días negros


Sentir en lo profundo, redivivo,
todo el dolor de esta hora de amargura
que con feroz y trágica pavura
sus garras hinca en el león cautivo,


y no poder dentro del verso altivo,
volcar la ira santa y la locura
de indignación que amarga y que tortura
frente a un noble pasado evocativo...


Si la lira no puede alzar, airada,
su grito hecho de luz o hecho de fuego,
fundamos su cordaje en una espada,


y antes que dar nuestra cerviz al yugo,
bañe la tierra fecundante riego
hudiéndola en el pecho del verdugo.


José Albertazzi Avendaño.


Por que ella es la zagala
EPITALÁMICA


Porque ella es la zagala que buscó al pastorcillo
para el rebaño blanco que cuida una ilusión,
y porque en su compañía tocaba el caramillo
y porque se miraron con mucha devoción.


Porque en las tardes, ella, le daba la mano
como una jarra, vino del corazón,
y porque siempre iban como hermana y hermano
por todas las veredas diciendo una canción.


Porque a su paso nunca vieron las ortigas;
porque es su cabellera como rollo de espigas
y un nido de gorriones su boca en floración,


se van por la vereda que alegra un caramillo,
sonriendo la zagala, cantando al pastorcillo,
los dos cuidando su blanco regalo de ilusión...


Rogelio Sotela.

1 comentario:

  1. ¿Y cual es tu valoración de esta sabrosa muestra?
    Para mí no es más que imitación de estilo. Saludos.

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