Cada día que pasa, uno se queda más atónito, más anona... anonadado, en este ambiente literario. ¿Qué es la crítica? ¿Qué es el comentario? ¿Qué es una autoridad? ¿Qué es la historia? ¿Alguien lee fuera de los círculos, las capillas, los cenáculos o los talleres literarios? ¿Qué es lo que lee? ¿Por qué es tan importante el Aquileo J. Echeverría? ¿Por qué uno y no otro debe ser jurado de los premios nacionales? ¿La literatura debe enseñar valores o antivalores? A veces, pienso, ¿alguna vez la poesía costarricense se hundió en las aguas del Cementerio Marino? ¿Alguna vez la poesía costarricense descendió a los infiernos de la ciudad y extrajo los horrores de la belleza? ¿Alguna vez comprenderemos que nuestras actitudes frente a la poesía y la literatura nacional son el resultado de la tensión entre la cultural oral y la cultura escrita? Cada día son más preguntas que quedan sin respuesta. Cada día son más misterios sin resolver.
Sin embargo y a pesar de todo, uno puede sentarse una tarde, releer algún libro, solo por el placer de leer, de saborear las palabras, abrir alguno de los libros de Edmundo Retana (1956) y descubrir una poesía personal, sencilla, con esa sencillez que aún estremece y evoca la nostalgia de lo cotidiano, la añoranza de la ternura. La poesía de Edmundo se desarrolla en esa línea de poesía comunicante, familiar e íntima, que busca lograr una empatía con un lector universal. La poesía de Edmundo Retana es transparente, porque no ha sido manchada por la moda o la pose, porque no es la imagen a la medida de un patrón literario, porque es una afirmación de la belleza pura. Así los invito a leer estos poemas:
XI
¿Qué pensás de los días de setiembres?
¿De las sorpresas del ocio?
¿Qué pensás de los madrigales
recién estrenados
como estacas en el tacto?
¿De los bailes íntimos?
¿No te derriba la sombra en el espejo?
XXVI
Todo está buen mamá, no temás.
Mira que las flores disimulan la partida
y un conejo cabe en el sombrero.
No temás, andá y decile
a las begonias del patio
que hoy te ha nacido un hijo en el costado.
Cantá la palabra diciembre,
sentate a comer una naranja
y, sobre todo, no mirés
allí donde el silencio me quemaba el alma.
No mirés allí, no mirés,
vete a hacer algo,
deshojar el mar
o darle una alcancía al viento, no mirés.
de los bailes íntimos (1991)
Eras muy pequeño cuando íbamos a juntar frutas a la arboleda. Yo te enseñaba a decir casa, arbol, noche... Sentía deseos de hablar muchas cosas pero no sabía como hacerlo. Pero vos escuchaste los inaudible, algo como un canto escuchaste, en el lugar del silencio.
quiero pensar que habrá paz
que mi cuerpo un día
atravesará el umbral
hasta encontrarse
con su luz
desnuda.
La dueña de los frutos y de las estaciones se marchó, la que regía el curso de la noche y estableció los horarios de crecimientos y desvelos.
Dicen que en sus brazos llevaba la fortuna de las estrellas, que el viento norte la llevaba a lomos del abismo. Era un conjuro de árboles erizados de frío.
de Pasajero de la lluvia (2006)
Amigo poeta Cristian Marcelo:
ResponderEliminar"Misterios sin resolver", tú lo has dicho como decir "Aunque usted no lo crea", aunque no los podamos resolver, aunque no lo podamos creer. Así estamos, camarada, en un limbo cultural donde no hay puntos cardinales. Perdidos estamos, y en nuestras desposeídas manos de poetas solo una brújula sin norte se mueve alocadamente. Cada vate esta solo al borde de su propio abismo. Sin políticas de Estado protectoras de las artes no puede haber un panorama halagador, y el poco presupuesto dedicado a la cultura es objeto de disimulada rapiña por algunas tribus de status quo cultural: publicaciones, puestos, premios... todo esto y más está en función de complacer a estos corpúsculos mafiosos.
Después de extender un poquito tu aguda reflexión para que también no se despeñe por ese abismo de la desidia y el desencanto de tener la sensación de esforzarse por nada, me han parecido magníficos los tres textos del poeta Edmundo Retana: poesía sencilla y profunda, dos cosas que no siempre van de la mano.
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank.
Estimado Frank: Te agradezco tus comentarios siempre certeros sobre el mundillo cultural. Pero como te dije aquí estamos presentes, tratando de dar a conocer a tantos poetas que por no pertenecer a alguna jauría, van quedándose olvidados. Pienso que falta mucho por hacer no solo por los nuevos poetas, los no tan nuevos y los que ya son parte de nuestra historia literaria. La red es un espacio infinito y por lo menos en este blog seguiré reflexionando, comentando y revelando la poesía costarricense...
ResponderEliminarUn abrazo fraterno
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ResponderEliminarMe molesta venir a leer el blog de un amigo, y ver en los comentarios pequeños cortos publicitarios... aburridos y sinceramente dignos de ser ignorados.
ResponderEliminarPor otra parte, en Retana se siente una actitud, caray, si lo conocimos como hace 18 años, y Retana sigue manteniendola. Y eso es interezante, no hay mucha experimentación, ni grandes acrobacias en su poesía, existe cierta linealidad, temática y formal.
Con tan poco, logra mucho, y sobre todo algo que cuesta, un sabor, un dejo inconfundible, para bien y para mal, Retana es portador de eso que llamamos un "estilo literario" algo que por cierto, muchos poetas no tienen.
Saludos...
Poeta: de verdad que se puso la cosa corronga y amena en los comentarios de la última entrada del blog de Frank. Pero a vos te salva.
ResponderEliminarBesos,
Rossi.
p.d. Me gustó el texto de Retana. Llévale mis saludos.