En la última década del siglo XX, ha crecido el interés de los poetas jóvenes y no tan jóvenes por el poema corto o breve. La preferencia por la esencialidad poética, por la concisión estilística, ha generado una constelación de poemas que logran gracias a su laconismo el asombro del lector. Las causas de la brevedad lírica pueden resumirse en la necesidad de digerir la mayor información posible en el menor tiempo necesario, o quizás, en la impronta de otras tradiciones literarias como la japonesa, o en las relaciones que se establecen entre los poetas y la realidad. De modo, cada vez es más común en el poema escueto en la lírica costarricense del siglo XX y el siglo XXI.
En la poesía occidental, existe una extensa tradición hacia la brevedad poética. El epigrama, por ejemplo, tiene con frecuencia un carácter reflexivo, gnómico, exhortativo o incluso amoroso. En la poesía española, el epigrama viene a significar, en principio, poema breve de estructura cerrada. Además, se encuentra la copla, definida como cualquier composición breve. Y acercándonos al siglo XX, la greguería de Ramón Gómez de la Serna, quien definió su creación como metáfora más humor, refiriéndose a unos poemas cortos escritos en prosa que tiene un espíritu satírico y una justa y precisa dosis de ingenio. Por último, el haiku, que atrajo primero a los poetas imaginistas, contiene diecisiete sílabas, repartidas en tres versos de cinco, siete, cinco. No obstante, el origen del poema breve en Costa Rica hay que buscarlo en otra parte: el grafiti. Se define como inscripciones o signos dibujados en paredes, muros, vagones de metro, cuyo objetivo principal es testificar la presencia del autor en algún lugar determinado. De esta manera, a pesar de la multitud de formas a disposición de los bardos costarricenses, el grafiti salta de la realidad a la literatura o viceversa, generando testimonios que ya no encontraremos en los baños de los bares universitarios, ni en las paredes de edificios públicos o privados, sino en poemarios de la más diversa índole. He aquí una muestra:
6
Los huesos guardan su furia para la sombra.
El círculo de fuego de Gerardo Cerdas Vega
Se podría seguir esta muestra de poemas cortos costarricenses. Así como describir otros aspectos que no sean la emoción que imprimen en el espíritu del lector. Apreciar la brevedad es sin duda una las cualidades de un lector postmoderno, rodeado de vacíos, ahogado por la indescifrable realidad que desborda los juicios y prejuicios. Quede pues para el lector la última palabra.
En la poesía occidental, existe una extensa tradición hacia la brevedad poética. El epigrama, por ejemplo, tiene con frecuencia un carácter reflexivo, gnómico, exhortativo o incluso amoroso. En la poesía española, el epigrama viene a significar, en principio, poema breve de estructura cerrada. Además, se encuentra la copla, definida como cualquier composición breve. Y acercándonos al siglo XX, la greguería de Ramón Gómez de la Serna, quien definió su creación como metáfora más humor, refiriéndose a unos poemas cortos escritos en prosa que tiene un espíritu satírico y una justa y precisa dosis de ingenio. Por último, el haiku, que atrajo primero a los poetas imaginistas, contiene diecisiete sílabas, repartidas en tres versos de cinco, siete, cinco. No obstante, el origen del poema breve en Costa Rica hay que buscarlo en otra parte: el grafiti. Se define como inscripciones o signos dibujados en paredes, muros, vagones de metro, cuyo objetivo principal es testificar la presencia del autor en algún lugar determinado. De esta manera, a pesar de la multitud de formas a disposición de los bardos costarricenses, el grafiti salta de la realidad a la literatura o viceversa, generando testimonios que ya no encontraremos en los baños de los bares universitarios, ni en las paredes de edificios públicos o privados, sino en poemarios de la más diversa índole. He aquí una muestra:
Todos tus pretextos son válidos
Embriágate esta noche
invéntalo todo
La isla de piedra de Mario Matarrita Ruiz
…irreparable
y ando conmigo
que no sé quien soy
Se alquila esta ventana de Jorge Arturo
(haiku)
como un rótulo de neón
sobre los adolescentes virginales
el relámpago va por dentro
El amor es esa bestia platónica de Carlos Cortés
Los pájaros aprendieron a volar
para escapar de nosotros
Tres noviembres de José María Zonta
todo esto es la breve antología
del joven sin piernas
La curvatura del silencio de Mario León Rodríguez
Reglas del juego
Todos coinciden en haberme amado.
Todos coinciden en haberse ido.
La mano suicida de María Montero
Tríptico II
I
(Trizas)
El corazón se va
sin remediar la lluvia.
Arrullo para la noche tóxica de Alfredo Trejos
xvi
la música es liviana
áspera en dorso más dócil
así es la vida
frecuencia de manicomio de William Eduarte
IV
No es mi piel
la que se marchita
bajo el sol
esta tarde.
Penumbra de la paloma de Laura Fuentes
II
el circo está herido de muerte
por el boquete de la lona frontal
se desangra en minuciosas filas de tres
los animales que imaginamos de Luis Chaves
Imán:
Instrumento alegórico del mundo de los espíritus.
IMAN son las siglas de la palabra Dios.
Homenaje a la ceniza de Joan Bernal Brenes
¿cómo lloran los locos?
¿cómo disputan un pedazo de aire
una botella?
Mala estirpe de Camilo Retana
Bonus
Una mañana
sorprendí al señor
de corbata del frente
tratando de mascarse
nuestro timbre
en el otro patio de María Morales
Equidad de género
Horror
Parecía un hombre
con el corazón roto
y hablando de política.
Pies de tinta de Seidy Salas Víquez
Coleccionando todo tipo de objetos
Caballito sin sombra
en la ficción de la noche,
no te has dado cuenta del azar
y del azar dos veces.
Carpintería de Esteban Chinchilla
El día
Sol que pasa
y calla, luz
que cruza y habla.
El columpio entre las hojas de Eugenio Redondo
31
En cada esquina de tu cuerpo
reposaba
un vendaval de pájaros
La suerte del andariego de Adriano Corrales
Los dragones de Escher
Un lagarto se acuesta junto a otro
la cola en la boca
la boca en la cola
Beso doble de los mares y el deseo.
Maremonstrum de Mauricio Molina Delgado
Un pato muerto en el Hudson
La corriente se lleva su cuerpo
con el chantaje de que las hojas secas
sean sus únicos amigos
asistiendo al entierro.
Natación nocturna de David Cruz
Deprecación
Salvos sean tus hijos de cresta verde
indemnes sean al canto de la flauta
al lagarto poliforme
que nos habita
Territorios habituales de Melvyn Aguilar
Embriágate esta noche
invéntalo todo
La isla de piedra de Mario Matarrita Ruiz
…irreparable
y ando conmigo
que no sé quien soy
Se alquila esta ventana de Jorge Arturo
(haiku)
como un rótulo de neón
sobre los adolescentes virginales
el relámpago va por dentro
El amor es esa bestia platónica de Carlos Cortés
Los pájaros aprendieron a volar
para escapar de nosotros
Tres noviembres de José María Zonta
todo esto es la breve antología
del joven sin piernas
La curvatura del silencio de Mario León Rodríguez
Reglas del juego
Todos coinciden en haberme amado.
Todos coinciden en haberse ido.
La mano suicida de María Montero
Tríptico II
I
(Trizas)
El corazón se va
sin remediar la lluvia.
Arrullo para la noche tóxica de Alfredo Trejos
xvi
la música es liviana
áspera en dorso más dócil
así es la vida
frecuencia de manicomio de William Eduarte
IV
No es mi piel
la que se marchita
bajo el sol
esta tarde.
Penumbra de la paloma de Laura Fuentes
II
el circo está herido de muerte
por el boquete de la lona frontal
se desangra en minuciosas filas de tres
los animales que imaginamos de Luis Chaves
Imán:
Instrumento alegórico del mundo de los espíritus.
IMAN son las siglas de la palabra Dios.
Homenaje a la ceniza de Joan Bernal Brenes
¿cómo lloran los locos?
¿cómo disputan un pedazo de aire
una botella?
Mala estirpe de Camilo Retana
Bonus
Una mañana
sorprendí al señor
de corbata del frente
tratando de mascarse
nuestro timbre
en el otro patio de María Morales
Equidad de género
Horror
Parecía un hombre
con el corazón roto
y hablando de política.
Pies de tinta de Seidy Salas Víquez
Coleccionando todo tipo de objetos
Caballito sin sombra
en la ficción de la noche,
no te has dado cuenta del azar
y del azar dos veces.
Carpintería de Esteban Chinchilla
El día
Sol que pasa
y calla, luz
que cruza y habla.
El columpio entre las hojas de Eugenio Redondo
31
En cada esquina de tu cuerpo
reposaba
un vendaval de pájaros
La suerte del andariego de Adriano Corrales
Los dragones de Escher
Un lagarto se acuesta junto a otro
la cola en la boca
la boca en la cola
Beso doble de los mares y el deseo.
Maremonstrum de Mauricio Molina Delgado
Un pato muerto en el Hudson
La corriente se lleva su cuerpo
con el chantaje de que las hojas secas
sean sus únicos amigos
asistiendo al entierro.
Natación nocturna de David Cruz
Deprecación
Salvos sean tus hijos de cresta verde
indemnes sean al canto de la flauta
al lagarto poliforme
que nos habita
Territorios habituales de Melvyn Aguilar
6
Los huesos guardan su furia para la sombra.
El círculo de fuego de Gerardo Cerdas Vega
Me gusta, me gusta!
ResponderEliminarSon como el flash de esas cámaras digitales.
Qué dicha que te guste! Yo estaba pensando más en la idea del graffiti en poesía..
ResponderEliminarMe gustó caminar sin barandales por las gradas de estos poemas cortos
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