En mi juventud, allá por los años ochenta, era muy común escuchar entre los poetas la frase: "Debes huir de la frase hecha y del lugar común, pues no aportan nada nuevo al poema". En el siglo XXI, parece que esa premisa se ha esfumado, y los poetas jóvenes abogan por frases hechas y lugares comunes de todo tipo y temática. Las razones son obvias. Hay más lectores, pero no mejores lectores. En las sociedades modernas, existe la necesidad de una comunicación clara y simple. Es necesario emplear significados y emociones inmediatos, para que el lector pueda acceder al complejo mundo de la poesía. El poema debe ser un click, un emoticono, que en la inmediatez de su significado conmueva al lector. El origen de esta condición postmoderna del lector deberíamos buscarla quizás en otro lugar común: "Una imagen vale más que mil palabras", verdad que sin duda refleja la concepción moderna de la narrativa y de la poesía, dado que si un cuento, novela o poema no puede ser llevado a la televisión o al cine, no es literatura, o al menos, no es buena literatura. El suicidio del pensamiento abstracto desde la esquina del cuadrilátero es un hecho irrefutable. No existe más modelo que la realidad misma. Perdonen si me aparto del tema que iba a tratar en esta nueva entrada de Los7ahorcados. En fin, el lugar común o la frase hecha se transforman en el modelo de la poesía, una poesía que no necesita de cementerios marinos, fragmentos a su imán, soledades o versiones celestes.
En mi adultez, me divierten las listas infames, porque reflejan el estado actual de algún asunto que me interesa, y que ya no tiene importancia o interés para los lectores o escritores, pues todos ya lo sabemos de antemano, a priori, y no es necesario profundizar en el hecho o suceso que de todos modos es relativo. El lugar común es una palabra, frase o idea
considerada como un vicio del lenguaje por ser demasiado sabido o por su uso
excesivo o gastado.
Presenta una o varias de las siguientes características:
- Demuestra
poca imaginación de quien la expresa. Sustituye la búsqueda de ideas
originales o creativas por otras ya gastadas.
- Evidencia
ser una copia de una idea de otro.
- Frecuentemente
usado en el discurso político como herramienta de
la demagogia para engañar o maquillar la verdad.
- Simplifica
una idea o concepto que quizá merecería matizarse.
LUGARES COMUNES O
FRASES HECHAS
El líquido precioso
|
El voraz elemento
|
El caldo de cultivo
|
|
Coto de caza
|
Un castillo de naipes
|
Respetable público
|
|
Salir por los fueros
|
La aurora de la libertad
|
La espada de la justicia
|
|
La hora de las
reivindicaciones
|
La hora de la verdad
|
Las cadenas de la
esclavitud
|
|
Momento crucial
|
Las instituciones patrias
|
Los signos de los tiempos
|
|
Cerrar con broche de oro
|
La dignidad de la patria
|
La primavera de la vida
|
|
El otoño de la vida
|
Los signos seniles
|
La luz de la ciencia
|
|
Pozo de sabiduría
|
Amargo llanto
|
Deambular por las calles
|
|
Reclaman un pedazo de pan
|
Abandonados a su suerte
|
La flor de la vida
|
|
Dar en el clavo
|
Sacarse el clavo
|
Dar con el mazo en el yunque
|
|
Algo huele podrido
|
Vanidades de campanario
|
Consigna de partido
|
|
Línea de partido
|
Hacerse eco
|
El disco de oro
|
|
Floreciente cantón
|
Fértil valle
|
De grata memoria
|
|
Altas personalidades
|
Disfruta la paz de nuestro
Señor
|
La paz de los justos
|
|
Valga la redundancia
|
Se nos escapa la memoria
|
Cumplió su cometido
|
|
Un silencio de tumba
|
Algo huele podrido
|
Pasar las de Caín
|
|
Más viejo que Matusalén
|
Trabajar sobre tierra
mojada
|
Caer sobre tierra arada
|
|
Los que padecen sed de
justicia
|
Alegrías navideñas
|
Año nuevo, vida nueva
|
|
Hecho unas pascuas
|
Embarga nuestro espíritu
|
Calor humano
|
|
Sonrisa a flor de labio
|
Postrado por la dolencia
|
Afrontar el dolor físico
|
|
Vicisitudes de vida
|
Magno acontecimiento
|
Mercaderes del odio (dolor)
|
|
Sin miramientos
|
Escena dantesca
|
El infierno del Dante
|
|
Ser un Quijote
|
Sentida demostración de
duelo
|
Labios purpurinos
|
|
Eximio escritor
|
Talle gentil
|
Rubios cabellos
|
|
La gota que hizo rebasar la
copa
|
Abrir el corazón
|
Valle de lágrimas
|
|
Un sordo rumor
|
Febril impaciencia
|
Los medios políticos
|
|
Sumido en un mar de
confusiones
|
El mar enfurecido lucha
contra las rocas
|
Los acordes finales
|
|
Viento en popa
|
El peso de la ley
|
Tras las rejas
|
|
Azares del destino
|
Caprichos del destino
|
La madre naturaleza
|
|
Sin distingo de razas,
credos y costumbres
|
Caer aparatosamente
|
Voraz incendio
|
|
Copiosa lluvia
|
Mejillas sonrosadas
|
Esbelta figura
|
|
Añosa arboleda
|
Carne de cañón
|
Arrancar aplausos
|
|
Dientes de perla
|
Lágrimas amargas
|
Fuente fidedigna
|
|
Cólera implacable
|
Económicamente débiles
|
El fondo de las cosas
|
|
La serpiente del deseo
|
Estar inmerso
|
Las tinieblas de la
ignorancia
|
|
Con el rabo entre las
piernas
|
Al rojo vivo
|
Seguir los pasos
|
|
Lecho blando del arroyo
|
Subírsele a la cabeza
|
Lágrimas vivas
|
|
Hasta las heces
|
En pie de guerra
|
Llover a cántaros
|
|
A flor del labio
|
La espada de Damocles
|
La tele de Penélope
|
|
La manzana de la discordia
|
Beberse la cicuta
|
El beso de Judas
|
|
Fue un Waterloo
|
La caja de Pandora
|
Un triunfo pírrico
|
|
El talón de Aquiles
|
El hilo de Ariadna
|
Todo está consumado
|
|
LOS LUGARES COMUNES EN LA POESÍA CONTEMPORÁNEA
|
|||
Maniobras propias de un suicida
|
Los ríos del dolor
|
||
El vacío de tu boca
|
Los gastados celajes del regreso
|
||
Callar mi angustia
|
El rumbo apagado de la existencia
|
||
La esperanza de otra despedida
|
El arrullo incesante del mar
|
||
Alimentarse de cenizas
|
La alta bandera de la noche
|
||
El estruendo de un relámpago
|
La combustión de tus piernas
|
||
El temor de una alianza
|
Entre charcos de cerveza lloraré
|
||
La sangre de los siglos
|
El olor a cigarrillo encima de la ropa
|
||
Cuando veo caer un segundo
|
Rompe la camisa de fuerza
|
||
Un torrente de imágenes
|
El peso del universo
|
||
Las ventanas trasparentes
|
El hierro fundido de tus labios
|
||
Estampidas de palabras
|
El pozo de la saliva
|
||
La llama verde del corazón
|
El filo de una navaja
|
||
Dependencia etílica
|
Un cuarto lleno de espejos
|
||
Fumar como los hombres
|
Los brazos de ladrillo
|
||
El buzón de los reproches
|
Como una película muda
|
||
El peso de los años
|
La hora del silencio
|
||
Espíritus indomables
|
Poner la otra mejilla
|
||
Dios castigador
|
La fuerza de las águilas
|
||
La proximidad de los cuerpos
|
Sigue la escena cursi
|
||
El tótem de la vergüenza
|
Los siervos menguados
|
||
La barra de la antigua cantina
|
Cima de montaña
|
||
Los juicios de Dios
|
Caber en la palma de una mano
|
||
El asombro de la oscuridad
|
Una mueca de horror
|
||
Los límites precisos de un espejo
|
Los hilos de esta alegría inventada
|
||
La huida de los años
|
Novia plantada en el altar
|
||
La nitidez de unos ojos dulces
|
El negro agujero de la confusión
|
||
La boca de los muertos
|
El borde de la cama
|
||
El sabor de una cicatriz
|
La nostalgia del viaje
|
||
La intimidad de un dolor
|
El paso de los años
|
||
El murmullo de la sangre
|
Los designios de Dios
|
||
Los días contados
|
Los descosidos del amor
|
||
Del placer al horror
|
La semilla del mal
|
||
La marea de la sangre
|
Una torre de marfil
|
||
Un cine de tercera
|
Escondido bajo las sábanas
|
||
El largo camino de la entrega
|
El callejón de la muerte
|
||
El cuerpo mutilado del olvido
|
Guardar bajo llave el recuerdo
|
||
Una mirada de lástima
|
Estar solo o mal acompañado
|
||
La ruta del borracho
|
Recordar mejores tiempos
|
||
El sendero de la voz
|
Todas las batallas perdidas
|
||
Las viejas orillas de la noche
|
Las mentiras del tiempo
|
||
El rostro del canto
|
La hora de la muerte
|
||
La paz del sueño
|
El tétrico rincón de un bar
|
||
La quietud del aire
|
Alzar la voz en el ágora
|
||
El poder de las olas
|
Hay dos caminos a elegir.
|
||
La punta sutil de mi cariño
|
El vencedor reclama su premio
|
||
Las raíces del sueño
|
Un príncipe azul
|
||
Fuego de amapolas
|
El desprecio ajeno
|
||
El espacio infinito de tu cuerpo
|
El asco en los ojos
|
||
El aroma de la noche
|
Indiferencia al corazón
|
||
Sociedad de mierda
|
Esperanzas de cartón
|
||
Los recuerdos de la vida
|
Las hojas marchitas de su gloria
|
||
Llanto de la vergüenza
|
Se masturban resignados
|
||
en la cama de un motel
|
Salir con el odio en brazos
|
||
Las llaves del olvido
|
El clamor de la violencia
|
||
La gota de sangre
|
La memoria de los guerrilleros
|
||
La dulzura de las navajillas
|
La alegría cotidiana
|
||
El aliento alcohólico del olvido
|
Las fauces del amanecer
|
||
El ojo de la noche
|
La botella vacía de cerveza
|
||
Las puertas del viento
|
El momento inmóvil del amor
|
||
El alma intacta de las cosas
|
La sangre de los mártires
|
||
La certeza de la sangre
|
El intacto misterio del polvo
|
||
La brisa ondulada de tu cabello
|
El centro asombrado del frío
|
||
La memoria de los caminos
|
El límite transfigurado de tus sueños
|
||
El signo constante de tus brazos
|
El epicentro de un desastre universal
|
||
Carreteras asfaltadas de esperanza
|
La conservación de la especie
|
||
El más oscuro rincón de la noche
|
Esa noche de oscuridad luminosa
|
||
El aroma de tu cuerpo
|
Cosas de la vida
|
||
La oscuridad del día
|
El universo es infinito
|
||
Suerte que tengo sin tenerte
|
Tus frágiles manos
|
||
La selva de tu mirada
|
Perfume de mujer encarcelada
|
||
Amores clandestinos
|
Unas piernas espigadas
|
||
Creo que el punto ciego del comentario es adjudicar el lugar común a la poesía actual como fenómeno propio solo de esta poesía. El lugar común ha sido una plaga sempiterna desde muy antes de Cervantes.
ResponderEliminarPor otro lado, el comentario también obvía la gran poesía contemporánea «posmoderna» que no cae en el vicio aquí mencionado.
Pese a lo anterior, siempre se agradece tu esfuerzo por mantener el ojo del pensamiento enfocado en estos temas.
Saludos fraternos.
Me parece importante este recuento de lugares comunes. Quizás, en algunos casos, un escritor creativo podría reelaborarlos y sacar provecho de esos lugares comunes.
ResponderEliminarComo dice Alexánder Obando, es una plaga sempiterna, pero a su vez quizás ineviblable en el inconsciente colectivo.
Gracias como siempre, Cristian Marcelo, por tus aportes que siempre suman y nunca restan.