1. ¿Tanto tenía Cristian Marcelo guardado?
Sí, Corriente subterránea es un libro que empecé a escribir en el 2006, y en realidad no se llamaba así, sino Metal black punk, no tenía que ver con la música, más bien con mis ideas sobre la contradicción y la circularidad. La primera parte Cámara nocturna, la inicié en el 2004, se basaba en dos ideas o obsesiones que tenía la fotografía de la ciudad y la habitación como un mausoleo. En realidad aún tengo varios libros que duermen el sueño de los justos, de poesía Manual para locos y fornicarios, Aprisionar el alba y Crónica del esplendor y un libro de cuentos que me encanta, pero aún debo trabajarlo mucho, para que vea la luz Sala de operaciones. Otros que nunca verán la luz son Sonetario sentimental o Décimas y alacranes.
2. Según me contó usted, que acá hay dos libros compilados. ¿Por qué tantos años de silencio y dos libros como respuesta?
Cierto, han sido muchos años de un silencio riguroso, roto por este libro. Las razones son personales y a la vez tienen que ver con nuestro venenoso ambiente literario. Las primeras hay que buscarlas en la publicación de la antología ficticia Fragmentos fantasmas en el año 2000. El libro surgió de la posibilidad de editar con el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. En aquel tiempo estaba trabajando en cinco poemarios diferentes, no solo en estilo, sino también en temática. Eran ejercicios de imitación de diferentes autores que me llamaban desde sus poéticas. La prisa por publicar dio un resultado espantoso. El libro mal editado, lleno de errores y horrores, no hizo ninguna mella en nuestra literatura, y a mí me dejo completamente resentido. El juego de los heterónimos ya lo había realizado con mucha más madurez y destreza artística Fernando Pessoa, quizás lo único que salvaba al libro era la chota que se le hacía a los talleres, que reunidos alrededor de un gurú y una ideología estética iban creando una manada monstruosa de epígonos e imitadores. Al final solo el poeta argentino Jorge Boccanera lo entendió en toda su magnitud. Y a mí me dio la excusa de retirarme, y concentrarme en hacer una obra, alejado de las tendencias dominantes, de los concursos, de los recitales y de todo el mundillo literario. Durante estos dieciséis años de retiro en mi casa en Desamparados, he podido ver como el trascendentalismo y el realismo mantienen un pulso por figurar en los premios nacionales, en los medios de comunicación de masas y en el mercado literario. Al no pertenecer a un grupo, ni tener a alguno de los maestros de poetas que figuran como lectores, jurados o críticos literarios, sencillamente he sido ignorado, o lo que es peor, ninguneado. Recuerdo cuando apareció Fragmentos fantasmas que unos me acusaban de ser demasiado tradicional, mientras los otros decían que mi poesía no era poesía. Sin el padrinazgo de un poeta mayor, poco se podía hacer en aquel tiempo, no como ahora que existen una gran cantidad de editoriales privadas, y ya no es necesario enfrentarse a lectores prejuiciados por su trabajo y su visión de mundo.
Ahora, bien, ¿por qué dos libros? Bueno, yo creo que es solo uno, en mí se mantiene la idea que el artista es su estilo, su lenguaje. Los grandes poetas tienen eso que yo llamo su voz, una marca de fábrica que no importa si están escribiendo sobre la violencia en las calles, la revolución, o algo más banal como el amor o la eternidad, siempre permanece. Pienso que Corriente subterránea es un libro necesario, para mí, porque rompe un silencio de doce años, y para el medio, porque es una propuesta novedosa, pero a la vez, tremendamente añeja, como un bueno vino o una buena chicha.
3. Cada poema de este libro, es una selección cuidadosa de su parte tengo
entendido. ¿Cuánto le tomó recopilar cada poema?
La primera parte de Cámara nocturna, si es una selección de poemas de varios libros que armé, desarmé, corregí, borré, volví a escribir. Allí si están los diez años concentrados. La segunda parte, propiamente Corriente subterránea, es un solo libro, escrito durante mi estadía en la finca La Lucha de los Figueres, trabajando en el Colegio Técnico Profesional José Figueres Ferrer, es un canto de amor por San José, por la suciedad, la podredumbre, la violencia de nuestra capital. Yo selecciono buscando una unidad en cuanto ritmo, melodía, lenguaje. Para mí, lo temático es lo de menos. Nunca he podido escribir ese tipo de poemarios sociológicos que tanto le gustan a los jurados. De Corriente subterránea me divierte que el primer poema trate sobre la infancia y el poema que cierra el libro, también. La culpa, creo yo, hay que echársela a Rimbaud. Pensándolo bien, creo que en la portada debí poner, la aclaración de poemas infantiles.
4. Pregunto: ¿Hubo mano del editor para esta edición de dos libros suyos?
El editor leyó el libro y le gustó la segunda parte más que la primera, entiendo que quizás la primera es más delicada, no usa un lenguaje sucio, y está dentro de lo tradicional, o por lo menos, parece más tradicional. La segunda parte es más voraz, violenta, salvaje, pero mantiene una delicadeza, una rectitud del lenguaje, si se puede entender eso, que no calza con el realismo poético que practican los poetas de mi generación, y menos, con el trascendentalismo que ejecutan otro grupo de poetas. Yo creo que cada autor encuentra a su editor, y yo encontré en mi editor la complicidad de la poesía. No solo se trata de escribir poesía para estar a la moda, se trata de escribir poesía, porque es parte fundamental del espíritu humano. Mi editor, creo yo, entiende la poesía como una búsqueda más allá de las corrientes estéticas dominantes. Yo espere por diez años ese encuentro que genera un cambio, un viraje, que muestra otras posibilidades de creación. Más que publicar se debe pensar en escribir una obra que resista el paso del tiempo, aunque parezca un espejismo o sueño descabellado.
5. ¿Dónde lo venden y cuánto vale?
El libro por el momento se encuentra en la librería Duluoz de Gustavo A. Chavez, con un costo de cuatro mil colones. Pero pronto se pondrá a la venta en otras librerías.
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