Quisiera besarte, besarte tan hondo,
que mis besos te tocaran el corazón,
estremecieran cada fibra de ti,
como se estremecen las hojas,
cuando el viento las besa.
Quisiera besarte, que mis besos
fueran estrellas, sueños o delicias,
besarte hasta llegar al fondo de ti,
que ningún hombre conoce.
Cuando no estás, me invento otros besos,
no tienen la dulzura de tus labios,
no tienen alas ni son ángeles,
son fantasmas,
simulacros de los besos que no te he dado.
Se acercan alegres, sonrientes,
quieren engañarme con su vuelo
de flor y mariposa.
Caen rendidos en mis labios,
pero jamás serán como los tuyos.
Besarte sería tocar el cielo,
hundirme en tu estatura y tu mirada,
descubrir que no estoy solo,
besando una sombra de ti,
sino tus labios claros,
dulces y golosos.
miércoles, 27 de julio de 2011
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