Mis queridos lectores: no sé por qué, pero hace meses tengo abandonado el blog... pensé que me podía tomar un año sabático sin pensar en la poesía, sin escribirla, sin sentir su necesidad estrafalaria... sin embargo, no he podido, parece que la realidad la llama, los poetas la necesitan... su necesidad nace del ego, del vacío que hay entre la reALIDAD Y EL POETA...Siempre he creído que los poetas escriben para otros poetas, los lectores de poesía siempre son poetas o aspirantes a poetas... la poesía no deja de ser uno de artes más difíciles y de las que su público no deja de ser una inmensa minoría...así que volveré con nuevos poemas, nuevas reseñas, nuevas preguntas que intentaré responder con palabras, palabras y más palabras...
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Muy bueno tenerte de vuelta. ☺
ResponderEliminarMagníficas noticias!!!!!
ResponderEliminarMe alegra que estés de regreso...
Sí, poeta: espero vuelvas porque hay vacío en la bloguesfera de Tiquicia sin la presencia de un vate de tu categoría y nobleza con los del oficio.
ResponderEliminarAbrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank Ruffino.
Poeta Cristian Marcelo Sánchez amigo:
ResponderEliminarTe comparto el comentario de agradecimiento del poeta Daniel Quirós-Cruz, esto al dedicarle el antepenúltimo poema de mi bitácora electrónica de poesía y antipoesía: "Cofre del Hombre". También habla de nuestro querido poeta y escritor Alexánder Obando Bolaños:
Frank, poeta de las alturas,
La pifié en el comentario anterior (unas faltas de ortografía garrafales), aquí esta de nuevo:
No tengo palabras para describir lo estupefacto (pero feliz) que me ha dejado la impresión de leer este poema. No quiero pecar de presuntuoso...ni pavonearme vanamente con laureles que no me corresponden. No soy yo, ni creo llegar a serlo, poeta de culto como vos, querido Frank, ni como Alex, ese vástago barbudo de Baco/Dionisio. Ustedes dos crean y al unísono hacen delirar y vibrar las entrañas de no pocos. Eso se evidencia en cada comentario de sus blogs. Para bien o mal, ustedes son comida de las masas. Yo más bien soy bocado raro, y no por ello atractivo, jajaja.
Me encantó el poema, y no solo porque me lo hayás regalado. Es un presente invaluable, claro está. Producto de una amistad germinal pero pletórica en intercambio de ideas y vibras. Sin embargo, y para ser justo, quizás no me lo merezco. De hecho, me suscita curiosidad como puedo constituirme yo en inspiración para algún poema de cualquier índole. Eso es un misterio inextricable que solo conoce tu juicio profundo e incomprensible para mí.
A veces yo también habito ese espacio al que te referís en tu último verso, el de las noches refulgentes y los días solemnes y sombríos. El universo es Tezcatlipoca, y eso, aunque no explícito, lo has retratado de manera muy adecuada en cada palabra que trata sobre la contradicción. Yo también soy equilibrista, en hilos que desconozco: dispuesto al vacío, a abrirme el pecho y sacar nebulosas y galaxias de mis entrañas. A ser destrozado por el reflejo terrible tras la superficie reluciente de la obsidiana humeante...o a ser como el dios, un igual al Necoc Yaotl, una parte de si.
Soy un desierto de malezas y alimañas, que viran en selvas vírgenes, también cargadas de peligros, y así continuamente, sin cesar. Un hijo de la muerte, como mis antepasados.
En fin, me maravilla, aunque sonroja, el tratamiento que le das a la imagen que tenés de este humilde pseudo-poeta. Tu regalo es un aporte, no a mi, al universo. Porque le proporciona mayor contradicción a este, tu servidor. Y eso me agrada. Y le agrada al Necoc Yaotl.
Y ya, dejo de hablar paja. Nunca he sido muy elocuente para agradecer dedicatorias. Será porque es la primera vez que me enfrento a la circunstancia.
Abrazos,
Daniel.
Tu voz Cristián es imprescindible, imperdible,implacable y maravillosa aunque tu no quieras. Nunca el aire tuvo tanta alma. Cansarse se vale, pero no rendirse. Te espero pronto de vuelta icendiando lugares conocidos para comenzar la siembra.
ResponderEliminarQue el octavo ahorcado sea el silencio.
Estimadísima Sarah:
ResponderEliminarPoeta amigo:
Hace unos días miré a un alto hombre pasar frente a mi pulpería, iba arrasado por estos vientos demenciales que pegan aquí en “Náralit”. Inspirado en esta escena dantesca escribí un poema o antipoema, mas me salió un relato que titulé “Un mal día”. Cuando puedas ve a mi estercolero de palabras y lee.
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank Ruffino.
querido hermano, hoy vuelvo luego de muchos meses de silencio, en que mi poesia, se me ha quedado enredada en alguna telaraña macabra de esas que tanto abundan en estos tiempos, yo tambien espero volver, y pedir una disculpa por el silencio
ResponderEliminarSus palabras serán agua Cristian.
ResponderEliminarTenemos sed caminando el desierto infinito.
Un cordial saludo.
Felices fiestas para usted y los suyos.
Moisés Cañizares Jiménez
Mi corazón, palpita a mil x segundo de la emoción, al saber que va a regresar el que cambio mi modo de pensar sobre la poesía.
ResponderEliminarSinceramente yo, no soy poeta, y mucho menos aspirante a serlo pero, sus poemas y cada palabra suya en realidad me cautivan, eh leído muchos libros, muchos textos, pero nunca, nunca leí algo que me sumergiera en un texto como lo hace usted, con todo mi corazón le pido, no abandone el blog y mucho menos la poesía, porque verdaderamente es su vocación.
Y ahora mi único modo de comunicarme con usted va a ser por medio de este blog, y principalmente de sus poemas.
Abrazos.
Angie M.A
Poeta amigo:
ResponderEliminarTe paso correo electrónico donde narro la vejación y maltrato de que fui objeto la madrugada de este miércoles pasado, cuando fui apresado y encarcelado con delincuentes en una mazmorra en Tilarán, esto por deber 25.000 colones de pensión alimenticia a la madre de mi hijito Octavio, aumento que nadie me notificó. Nidia -la madre de mi hijo Octavio- hacía punto de cruz con la señora que cuida a madre, en mi propia casa mientras "cocinaba" su venganza por haberla dejado hace dos años, pues era muy celosa y posesiva. El coronel Jorge Solano, director de la Fuerza Pública aquí, convive con ella desde hace año y medio. Joder: estoy muerto! La mujer ulitiza esa ley como arma de género. No soy un farajido ni huyo de la justicia, ni me escondo ni tengo a mi hijo muerto de hambre!
Ese correo puedes hacerlo público, pues no solo pienso en mí, sino también en las minoría, en muchos de hombres que están sufriendo esta situación, la mayoría de ellos jamás se merecerían la orden de apremio corporal y encarcelamiento.
Abrazos,
Frank Ruffino.
AMIGOS LES COMPARTO ESTA ANÉCDOTA-COMENTARIO:
ResponderEliminarComo le decía al escritor amigo Alexánder Obando, también en su blog, esta entrada es para secuestrarla y degustarla lentamente como lo hacen las cabras con las biblias, talmuds y coranes.
Esto le decía a Alexánder en “El más violento paraíso”, te lo comparto Anto y amigos:
Hablando de leones y canciones como tú, que junto a José León Sánchez, sois los más grandes escritores vivos de Tiquicia, aprovecho esta gran bitácora electrónica de literatura y de tu vida y obra, para poner esta anécdota.
Deseo a nuestro escritor José León Sánchez pueda vivir con salud óptima este año, fatídico para muchos tullidos espirituales y mentales, del 2012. Ha escrito su novela “Domingo en primavera”, cuyo escenario se sitúa en la zona del Volcán Arenal cuando este explota y barre con una especie de Pompeya a la tica (viví todo eso en 1968 con tres años, mi familia tuvo que huír a España por un año). No he hojeado el libro porque no lo he visto. Tal vez nunca lo leeré, conociéndome. Solo les digo algo que José León me relató hace unos tres años o por ahí.
Joder: esto parece el Parque Bolívar cuando habitaba el viejo león: vivía en barrio Amón (1994), costado norte de la Alianza Francesa, en la casa de Niña Mae. Todas las madrugadas sus rugidos estremecían los cristales de mi habitación y se me desmontaba la plancha de dientes del gran susto. Sobre Niña Mae, otra vieja leona: ella murió con 93 años. Era solterona, inteligente, de mucho carácter pero muy buena. Había trabajado por muchos años en la Agencia de Viajes Costa Rica Express, ahí, cerca de su casa. Cuando murió sus sobrinas pérfidas y acaparadoras me sacaron junto con Consuelo, la señora zarcereña que cuidó por veinte años a Niña Mae. A la semana no quedaba piedra sobre piedra ni madero con madero de la vieja casona señorial. Sufrí mucho. Luego hicieron un parqueo, que creo, aún está ahí.
Consuelo habrá muerto, porque estaba cerca de los 70 años. Jugábamos los tres dominó y reían ellas a mares con mi yeguadas de periodista y vate loco. Trabajaba yo en el extinto periódico El Heraldo.
Ah memorias las mías: todo nombre, todo apellido, evocación o cosa da pie a un cuento o una novela. Ya veo que mis días de antipoeta están contados. Nunca he leído un libro en mi vida. Debería hacerlo y pulirme, al rato me convierto en escritor.
Abrazos, discupen estos pensamientos y evocaciones en voz alta, me estoy haciendo viejo, eso creo.
Abrazos,
Poeta Santos Paniagua
(solo bajo este seudónimo mío puedo escribir ciertas cosas).
sábado, 31 diciembre, 2011
P.D. Los invito a leer en mi bitácora electrónica de poesía, antipoesia y cuento: mis cuentos "Con el Diablo no se hacen tratos", que aparece con fecha del 03 de diciembre, autobiográfico; y "Un mal día", del 25 de noviembre.